Este viernes, Mérida fue testigo de un fenómeno natural que dejó a muchos sorprendidos y preocupados: una gigantesca manga de langostas invadió varias colonias de la ciudad. A lo largo del día, los insectos, con sus largas patas, antenas y alas, sobrevolaron las calles y casas en busca de alimento, causando revuelo entre los residentes.
Las colonias afectadas fueron principalmente del oriente y poniente de Mérida, donde las langostas se posaron en árboles, cables de luz y techos de las viviendas. “Yo he visto enjambres así pasando, y si suelen verse, tapan el sol de tantas que son”, comentó Diego Magaña, un habitante de la ciudad.
Para Manuel Salazar, otro vecino de la ciudad, este fenómeno es impresionante: “La verdad, para los que vivimos en la ciudad es algo apantallante, ver cómo el cielo se oscurece, ver las langostas pasando, todo caer. Es algo muy extraño, pero es un fenómeno que nos encanta”.
A pesar de su impacto visual, las langostas no son sólo un espectáculo curioso. Son insectos conocidos por ser destructivos, especialmente para los cultivos. “Afecta mucho a los agricultores, a toda la gente que siembra, destruye plantíos, hay veces hasta los lleva a la quiebra porque destruye todo lo que es a su paso”, expresó Martín Magaña, quien sabe de los estragos que las langostas pueden causar.
El fenómeno no pasó desapercibido en las redes sociales, donde circulan vídeos de ciudadanos que grabaron el impresionante espectáculo. Algunos, como Beatriz Güemes, se mostraron preocupados, mencionando que, según algunas interpretaciones bíblicas, fenómenos como estos podrían presagiar eventos aún más graves: “No sabemos si puede haber, está presintiendo unos huracanes o puede ser otras cosas, unas enfermedades también podrían ser”.
Las langostas suelen formar enjambres de miles de ejemplares, capaces de devorar cultivos enteros en solo minutos. En Yucatán, las autoridades mantienen un monitoreo constante de estas grandes mangas, utilizando incluso drones para vigilar su avance y evitar daños a los ranchos y cultivos locales, buscando controlar su proliferación antes de que causen mayores estragos.
Sin duda, este evento es un recordatorio de la fascinante pero impredecible fuerza de la naturaleza, que en ocasiones se presenta en formas tan asombrosas como aterradoras.
