AGENCIA
Porto Alegre.- La capital del estado de Rio Grande do Sul, Porto Alegre, está siendo testigo de las peores inundaciones de su historia. Las torrenciales lluvias que han azotado el sur de Brasil han dejado hasta ahora 83 muertos y 111 desaparecidos, con casi 130 mil personas desalojadas en la región. Una de las sobrevivientes, Lorena Martins, de 74 años, contó su dramática experiencia al abandonar su hogar sumergido bajo el agua.
“Hoy vi la muerte”, dijo Lorena, con voz entrecortada y lágrimas ocultas tras su camiseta negra. Tuvo que ser rescatada por bomberos en un bote después de que la inundación inundara su casa y se llevara todo lo que tenía, excepto a su familia y a Dios. “Mi casita está abandonada. Todavía trabajo para mantenerme”, agregó, el cansancio evidente en su rostro.
La embarcación que la rescató llegó a una esquina inundada de la avenida Assis Brasil, que se ha convertido en un improvisado puerto de socorro. Aquí, botes a motor, lanchas, jetskis e incluso pequeñas barcas a remo trabajan incansablemente para rescatar a quienes aún se resisten a abandonar sus hogares.
Sin embargo, muchos residentes se niegan a salir por miedo a saqueos, explicó Dionis Bellettini, policía militar y voluntario para el apoyo. “Algunos simplemente no quieren ir a un refugio y no podemos obligarlos a salir. Se llama ‘opción de elección’”, dijo.
El número de desplazados sigue aumentando a medida que las operaciones de rescate continúan en medio de una tregua temporal en las lluvias. La crecida sin precedentes del río Guaíba y sus afluentes ha devastado la región, dejando a miles de personas sin hogar y sin saber cuándo podrán regresar.
“Las escenas que vimos son de terror”, relató Filipe Bezbatti, un joven empresario de 27 años que se enfundó un traje de neopreno para ayudar en los rescates. Él y Jefferson Martines, otro empresario de 28 años, se conocieron mientras brindaban ayuda en las zonas afectadas y ahora forman equipo para seguir apoyando a la comunidad. “Debería ser el gobierno que dé un norte”, expresó Bezbatti, mientras Martines añadió: “Esto es el pueblo por el pueblo”.
En respuesta a la crisis, la Cancillería de Argentina anunció que el gobierno argentino ofreció a Brasil apoyo con el envío de buzos, helicópteros de evacuación, equipo móvil sanitario, un avión y hasta efectivos caninos. “La República Argentina reitera su solidaridad con el Gobierno y pueblo de la República Federativa del Brasil ante las trágicas consecuencias producidas por las inundaciones que afectan al Estado de Rio Grande do Sul”, se expresó en un comunicado.
La devastación en Porto Alegre y sus alrededores es una clara llamada de atención sobre el impacto del cambio climático y la vulnerabilidad de las ciudades a fenómenos climáticos extremos. La comunidad internacional está respondiendo, pero para muchos como Lorena Martins, el camino hacia la recuperación será largo y lleno de incertidumbre.