Tezonapa.- El Sistema Múltiple de Agua Potable Almilinga, proyecto hidráulico que permitiría llevar agua potable a la Sierra de Tezonapa, es hace dos años un elefante blanco, por el desinterés de la alcaldesa de Tezonapa, Adanery Medina Guerrero y del Gobierno del Estado, en pagar un adeudo ante CFE de los cuatro meses en que estuvo en funcionamiento.
Desde hace 20 años, 13 mil familias de igual número de comunidades carecen del vital líquido, por lo que la Comisión del Agua del Estado de Veracruz (CAEV), encabezada en ese entonces por el ex director Pedro Montalvo, desarrollaron dicho proyecto ambicioso.
En enero de 2014, con una inversión de 28 millones de pesos, recursos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), la Comisión del Agua del Estado de Veracruz (CAEV) puso en marcha el proyecto.
Para lograr llevar el agua, fue necesaria la instalación de dos bombas de 100 caballos de fuerza, consiguiéndose un gasto de 33 litros por segundo, se rehabilitaron ocho tanques de almacenamiento y se construyeron dos más, se instalaron 26 mil 683 metros de línea de conducción por bombeo, 6 mil 620 metros de línea de derivación y 41 mil 617 más de redes de distribución, y se instalaron mil 868 tomas domiciliarias.
El proyecto permitió por vez primera a los pobladores contar con agua potable en sus llaves; sin embargo, la alegría duró poco, pues cuatro meses después personal de la CFE llegó a cortar la energía al asegurar que nadie la pagaba.
A un costado del manantial casi seco debido a que para el proyecto dinamitaron y se abrieron grietas subterráneas, se ubican la caja de almacenamiento, en cuyo interior hay agua estancada, y el sistema de bombeo oxidado, en espera de volver a ser utilizados.
“Nos duró muy poco el gusto, una mañana vimos cuando llegó personal de la CFE y se llevó el transformador, nos dijo que nadie estaba pagando, quisimos cooperar entre nosotros pero era imposible pagar lo que nos pedían”, narra Juan, vecino del lugar.
Aunque en su momento acudieron ante la alcaldesa Adanary Medina Guerrero, jamás lograron convencerla y prefirieron dejar por olvidado el tema.
Los pobladores deben de acudir al río y caminar hasta 10 kilómetros para poder abastecerse de agua potable, o esperar a que llueva para almacenar agua, la cual utilizan para el aseo personal y la cocina.
En algunas viviendas se observan los ingeniosos sistemas para captar el agua de lluvia. Aquí, en la Sierra, la gente está convencida de que jamás tendrán agua en sus llaves.
No obstante, otra preocupación es que el único río con el que se abastecían ahora se está secando debido a que el agua se ha comenzado a filtrar, pues con el proyecto hidráulico dinamitaron, ocasionando que se hicieran grietas en el subsuelo.