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Intereses y propósitos

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Interés, proviene del latín interesse que significa “importar”, primordialmente con tres acepciones universales:

a) Positivamente considerado como la afinidad en las intenciones o predisposición en los propósitos de una persona hacia otra (s), sujeto (s), cosa (s), o situación (es).

b) Negativamente se denomina interés, a la búsqueda de una persona de utilidad o conveniencia que se ocasiona pretendiendo sacar ventaja o provecho a nivel moral, económico o material, a quienes se les llama interesados.

c) Interés es utilizado en la economía y las finanzas para mencionar la ganancia, el beneficio, el valor, la utilidad o el lucro de algo.

 

Propósitos, del latín propositum, básicamente con tres sentidos generales:

a) Positivamente, se puede resumir en la forma adecuada y conveniente para lograr un fin compositivo con la intención, voluntad o el ánimo de hacerlo o dejar de hacer algo, en base al interés general. 

b) Negativamente, se refiere como sinónimo del término adrede, para señalar una acción deliberada, generalmente perjudicial o molesta para un tercero.

c) Es también un objetivo, que se relaciona habitualmente con los ideales de servicio, para conseguir un fin y que requiere de esfuerzo y de sacrificios, con la finalidad de alcanzar metas relacionadas con el desarrollo personal y de la comunidad.

 

Hoy quisimos establecer, basar nuestro comentario, en el análisis de esos dos sencillos significados (intereses y propósitos), pretendiendo exigir que nuestros gobernantes, los expongan, expliquen y aclaren, pues definitivamente, ni los economistas, ingenieros, licenciados etcétera, súper sabios con títulos y maestrías considerándose (ellos), los más preparados, no han podido revelar y menos conseguir entender, el galimatías en el que se encuentra el pueblo de México con la presente y consistente contracción económica, que nos lleva a reflexionar si ellos consideran poder tener un mayor valor humano o ser de superior importancia para la sociedad, que el empleado, comerciante, obrero, campesino, pequeño industrial, que con el sublime esfuerzo saca adelante a su familia, a pesar de los pesares del gobierno, insistiendo hasta la saciedad, no podemos ser un pueblo de pobres y con hambre, si tenemos un País con un gobierno rico, que llega a la ostentación de la realeza y magnificencia, con un sector burocrático exagerado y amorfo, improductivo por costumbre, así como empresas paraestatales que se dicen de primer mundo CFE, PEMEX, las APIS, consideradas exitosas y acaudaladas, con salarios envidiablemente bien remunerados, pero no a favor, si no a costa de los usuarios (ciudadanos de a pie), quienes pagamos precios y tarifas de los bienes y servicios que prestan totalmente desproporcionados y abusivos, como consecuencia de ser monopolios de estado, y resultado de la falta de productividad, eficiencia y calidad en sus procesos, como la opacidad y menoscabo de transparencia en el manejo discrecional de sus recursos, corrupción interna y externa; de igual forma los gobiernos que derrochan los recursos del estado en beneficio de los grupos de poder e intereses partidarios, con el descaro del reconocimiento público de cuotas económicas y de poder, para favorecer empresas y empresarios, como lo han hecho destacados integrantes del Partido Acción Nacional, que definitivamente ha perdido la brújula de su ideología, convirtiéndose al igual que el Partido de la Revolución Democrática en institutos conformados por clanes, incluso familiares, que exigen su parte; o gobiernos locales improvisados impuestos por personajes obscuros, que anteponen sus intereses particulares y de grupo a los generales y al bien común, como significado final de gobernar.

 

Intereses y propósitos, que no vemos trasparentados los Veracruzanos, de ahí la razón de la importancia de su análisis, en cuanto a los ejes en torno a los cuales gira el gobierno y la economía:

a) El gobierno.

b) Los gobernados.

c) El sector empresarial.

d) El sistema financiero.

e) Y el sector externo. 

Los interés, de que el gobierno debe actuar en la administración de los recursos públicos como un buen padre de familia y a su vez regular y mediar entre los factores de la economía a través de medidas que influyan favorablemente al progreso general y una distribución justa de las riquezas; los ciudadanos que en su gran mayoría proporcionan la mano de obra y el esfuerzo para la construcción de la riqueza; el sector empresarial que aporta bienes y servicios para el consumo general; el sistema financiero que proporciona los bienes de capital para la inversión productiva y el sector externo que tiene que ver con factores externos y la macro-economía, que inciden en el desarrollo Nacional.

En consideración a que el gobierno funciona con los impuestos, que se encuentran obligados los ciudadanos a realizar (pagar), y con los que se pretende asegurar el equilibrio económico, los gobernados exigimos, que su destino tenga intereses y propósitos sociales, definidos, administrados con transparencia y rendición de cuentas por el gobierno en su tres niveles, teniendo como interés el desarrollo humano y el propósito de tener un sentido que establezca claramente las condiciones, el motivo de su administración y cuáles son sus metas, para encontrar el propósito de su existencia.

 

Los propósitos, como la voluntad de ahondar en la búsqueda del bien común, en base a nuestras raíces, tradiciones, en buscar la esencia de quiénes somos realmente y por qué motivo existimos como sociedad; y con un constante errar, de quien transita el camino sin conocer la historia, es incurrir en los errores de nuestros antepasados a ciegas y que en diferentes épocas han dado origen al México bronco, para ello se requiere de voluntad, ya que las decisiones de gobierno, siempre repercutirán en todos los aspectos de la vida en sociedad, claro está que, ante la falta de transparencia por la que se atraviesa en los gobiernos, se hace necesaria la participación y permanencia de la sociedad en la política, con la finalidad que no se generen como hegemónicos los grupos de intereses particulares que buscan el poder, por el poder mismo, como una verdad irrefutable, debiendo preponderar en nuestras elecciones políticas, hombres de corte humano, con sentimientos definidos de servicio a la sociedad, honestidad, amor al prójimo, de valoración de la amistad, de vocación política, sensibilidad que defina su personalidad pública, con un clara visión del ser y el deber ser (Carlos Matus), y no imposiciones de capricho por los intereses señalados.

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