
De la Redacción
EL BUEN TONO
CÓRDOBA.- Mientras la ciudadanía enfrenta el aumento ilegal de tarifas del transporte público, la precariedad laboral y la opacidad en el gasto municipal, la élite de Morena en Córdoba, encabezada por el diputado Roberto Zenyazen Escobar, opera con un manual político idéntico al de los grupos que alguna vez denunciaron: anteponer sus ambiciones personales, violar la ley y consolidar una red de poder que margina al pueblo al que juraron servir.
El fin de semana, las calles de Córdoba ya están plagadas de deleznables mítines encubiertos a favor de Manuel Alonso Cerezo, candidato impuesto por Morena para la presidencia municipal.
El domingo, Aldo Valerio Zamudio, ex titular de Comunicación Social del Congreso estatal y artífice de estrategias mediáticas para blanquear la imagen de Zenyazen, llegó a Córdoba con un objetivo: reclutar a medios locales para promocionar al candidato Alonso.
Valerio, experto en convertir escándalos en “fake news”, sabe que, sin el aparato propagandístico, el proyecto morenista se derrumba.
El modus operandi es claro: usar recursos públicos para financiar ambiciones privadas. Tress Zilli, cuestionado por su manejo opaco de la empresa de transporte, cuyas rutas son vitales para miles de trabajadores, ahora canaliza su influencia hacia Alonso Cerezo.
Manuel Alonso, lejos de ser una figura legitimada por bases morenistas, es un producto de esta maquinaria. Su recorrido del sábado, escoltado por operadores de Zenyazen, fue un acto de imposición: lo acompañaron ex funcionarios del PRI y el PAN, reconvertidos en “militantes” morenistas.
