Córdoba.- El vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez, manifestó que no se puede desestimar o descalificar el sentir de una población que siente miedo y preocupación por inseguridad.
Dijo que es normal ante los acontecimientos de inseguridad que se vivieron la semana pasada en Córdoba y Huatusco, “si eso sucede con quienes están protegidos, que tienen armas, ¿qué puede pasar con la población que está vulnerada e indefensa? Es más que natural y creo que no es bueno desestimar”.
Como se recordará, el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, insistió que los hechos delictivos del sábado 22 de febrero “no son para alarmarse”, respuesta que dio tras la reunión para la Coordinación de la Paz que encabezó el gobernador Cuitláhuac García en Córdoba, ciudad en la que murieron cuatro elementos de Seguridad, tras ser atacados por grupos delictivos.
Córdoba.- El vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez, manifestó que no se puede desestimar o descalificar el sentir de una población que siente miedo y preocupación por inseguridad.
Dijo que es normal ante los acontecimientos de inseguridad que se vivieron la semana pasada en Córdoba y Huatusco, “si eso sucede con quienes están protegidos, que tienen armas, ¿qué puede pasar con la población que está vulnerada e indefensa? Es más que natural y creo que no es bueno desestimar”.
Como se recordará, el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, insistió que los hechos delictivos del sábado 22 de febrero “no son para alarmarse”, respuesta que dio tras la reunión para la Coordinación de la Paz que encabezó el gobernador Cuitláhuac García en Córdoba, ciudad en la que murieron cuatro elementos de Seguridad, tras ser atacados por grupos delictivos.
Asimismo, destacó que se deben buscar soluciones a futuro, “en el presente, es tiempo de asumir la responsabilidad de lo que le toca a las instituciones de Gobierno, Iglesia incluida. Estamos sometidos siempre a la revisión, al perfeccionamiento y a cualquier cambio”.
Asimismo, destacó que se deben buscar soluciones a futuro, “en el presente, es tiempo de asumir la responsabilidad de lo que le toca a las instituciones de Gobierno, Iglesia incluida. Estamos sometidos siempre a la revisión, al perfeccionamiento y a cualquier cambio”.