Orizaba.- Inicia la Iglesia Católica el tiempo de Adviento, tiempo de preparación para la venida del Señor, ante ello el obispo de Orizaba Eduardo Cervantes Merino, exhortó a la población para que no se distraiga con una vida virtual a través de los celulares y las tecnologías, alejándolos de la realidad.
Al replicar el mensaje del Papa Francisco, dirigido a los jóvenes, en donde los invita a no pasar todo el día en el teléfono olvidándose de lo que hay a su alrededor, el Obispo agregó que se trata de un medio que los adormece, “nos distrae, a veces la televisión, la computadora y ahora el celular, ya todo mundo trae uno”.
Igualmente, dijo no estar en contra de los medios de comunicación, sin embargo, “lo malo es que nos hacemos adictos a los aparatos, nos distraen de las responsabilidades y nos ponen en un mundo virtual, es decir, no existente en la práctica y eso es lo que nos aleja de la realidad concreta, muchos amigos virtuales, pero ninguno cercano”.
Mencionó también que es responsabilidad de los padres estar pendientes de que su familia se integre y que no se distraiga en banalidades, en un mundo irreal, vivir sin pasión cada una de las etapas de la vida.
Destacó que los temas más importantes son: Economía, inseguridad, asuntos políticos, salud de la familia, las relaciones humanas, empleo, “es una tentación de todos, pensar que las cosas siguen igual y que no pueden cambiar, hay que tener mucho cuidado y el Adviento nos ayuda a poner de nuestra parte para que las cosas cambien”.
En la homilía de este domingo, Monseñor recordó que también hay que rezar todos los días a María, pues sin ella no existiría Jesús y no se podría celebrar la Navidad y el Hijo de Dios no se habría convertido en hombre; de paso rezar por la maternidad de todas las mujeres que esperan, o han perdido,
a un hijo.
Cabe mencionar que el Adviento es el período que señala el comienzo del año litúrgico cristiano y comprende las cuatro semanas anteriores a la Navidad y empieza el domingo más próximo al Día de San Andrés, que es el 30 de noviembre, y se observa con el mismo rigor que la Cuaresma, por lo que se acostumbra la confección de una corona como símbolo de la vida, en ella hay cuatro velas que representan los 4 domingos que integran el Tiempo de Adviento hasta la Navidad.