Individualismo y Libertad, son conceptos, actitudes y posturas que en el individuo contemporáneo ha tomado gran énfasis e importancia para poder desenvolverse en la realidad que le convenga. Pero a su vez, estas dos posturas han sufrido una distorsión en su intimidad, generando con ello un distanciamiento del sujeto con si mismo, sus semejantes u otros.
El individualismo, generado a través de las posturas neoliberales y apoyado por algunos paradigmas psicológicos mercantiles, describen esta postura como algo positivo que genera la facilidad para la toma de decisiones, el desprendimiento de dependencias y el alcance de metas y objetivos sociales. Aunque esta postura en si misma, contiene aspectos más allá de tipo patológico y negativo, pues en realidad lo que genera es una desfragmentación de los vínculos fundamentales del individuo (familia), la carencia de relaciones solidas y duraderas, aspecto que podemos comprobar con el alto índice de divorcios, hijos de padres separados, noviazgos violentos y principalmente la indiferencia para la experimentación y comprensión del dolor ajeno, concretándose en la generación de ambientes solitarios y nulificados de afecto, es por ello que en la actualidad los principales malestares sociales e individuales, radican en una depresión, donde el sujeto se ve envuelto por un velo transparente no visible a los ojos, pero representado por un vacío existencial, tristeza sin razón de tipo consciente y desorientación hacia el saber de sus deseos, motivaciones y metas, así como, el anhelo ideal de encontrar la perfecta compañía en un mundo donde él mismo se ha cerrado indirectamente la creación de nuevos vínculos y valoración de las más ricas cualidades humanas.
La libertad, segunda postura cuestionada y con altos contenidos atrofiados y equívocos, se ve influenciada por el doble discurso planteado por el capitalismo y la cultura ligth; por una parte, la moralidad hipócrita de ser “uno mismo”, disfrazada por el matiz del egoísmo y la nulificación por entender a un otro que comparte situaciones, circunstancias y afectos, se ve orientada al distanciar la posibilidad de realizar verdaderamente lo que se desea, pues el sujeto se deja llevar por el “pedimento y el deber” de una sociedad que le exige realizar lo que se entiende por “libertad para todos”, más no para el individuo en si mismo; mientras que por otra parte, se establece el discurso de los intereses económicos de poder, caracterizados por el “que más tiene, más puede”, esto ha segregado y aislado al individuo a un hábitat donde el fuerte domina al débil, y la sumisión, castigo y culpa es el principal mosaico a visualizar, materializando con esto, una libertad enferma con estructuras desafiantes y violentas, donde el egoísmo, la tiranía y la carencia de limites es su cara detrás de la mascara, por tal motivo las formas de agresión y violencia en lo cotidiano se observan en gran medida y sin control.
Es por tal motivo e imprescindible, replantearse y cuestionar estas dos posturas… ¿Soy individual o estoy solo?, ¿soy libre o estoy dominado?…
César Sinuhé Gómez Sánchez.
Psicólogo con Orientación Psicoanalítica.
712 04 21.
http://incientificasypsicoterapia.blogspot.mx