Un feroz incendio forestal en el suburbio de Pacific Palisades, ubicado en las montañas de Santa Mónica, ha destruido más de 500 hectáreas y dejado a más de 30 mil personas bajo órdenes de evacuación. Las autoridades de California han declarado el estado de emergencia ante el peligro inminente que representa este desastre natural, que se ha visto exacerbado por una tormenta de viento “potencialmente mortal” que afecta a la región.
El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido alertas rojas debido a las condiciones extremas. Las ráfagas de viento de hasta 160 kilómetros por hora, características de los vientos de Santa Ana, han complicado aún más la labor de los bomberos y empeorado la situación. Los vientos, que se consideran los peores de la última década, continúan azotando el área, poniendo en riesgo vidas y propiedades.
Las llamas han bloqueado importantes arterias viales, forzando a los residentes a abandonar sus vehículos. En medio del caos, una excavadora fue utilizada para despejar el camino y permitir el paso de los equipos de emergencia. Los residentes, muchos de los cuales han perdido sus hogares, se han visto obligados a huir con lo mínimo, llevándose sus pertenencias y mascotas a pie. Entre ellos, Andrew Hires, un profesor de la Universidad del Sur de California, relató cómo evacuó junto a su hija con cajas llenas de documentos y fotos.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, ha instado a la población a seguir las órdenes de evacuación, advirtiendo que la situación podría empeorar con el paso de las horas. El presidente Joe Biden, que se encontraba en California para un evento oficial, también canceló su participación debido a los vientos destructivos.
El Servicio Meteorológico Nacional advierte que las condiciones climáticas continúan siendo peligrosas y podrían desencadenar más incendios y tormentas en las próximas horas. Los bomberos, apoyados por 250 elementos del Departamento de Bomberos, luchan contra el fuego mientras las autoridades intentan mantener el orden en medio de la evacuación masiva.
El cambio climático, según los expertos, está jugando un papel crucial en la intensificación de estos desastres naturales. Con sequías más prolongadas y un clima más extremo, los incendios en el oeste de Estados Unidos se han vuelto más devastadores, aumentando los riesgos para millones de californianos.
Este incendio es una llamada de atención sobre la necesidad urgente de medidas para mitigar los efectos del cambio climático, al tiempo que se siguen adoptando esfuerzos de prevención y preparación ante futuros eventos catastróficos.
