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Impunes ataques hacia las mujeres

Superiberia

Córdoba.- Mientras las autoridades aseguran que la falta de denuncias ante situaciones de violencia en contra de la mujer, son un factor determinante que no abona su erradicación, las pocas que se presentan no tienen seguimiento, atacantes pagan “mordidas” con tal de que se olvide el caso.

Hace aproximadamente seis años, Ana -en resguardo a su identidad-, fue atacada a golpes por un conocido de la familia y vecino. Las razones, si es que existen, se desconocen, simplemente iba caminando por la calle a reunirse con unas amistades, cuando el sujeto A. H. la interceptó y arremetió a golpes.

“Para llegar a la parada había que pasar por una subida, a lo lejos vi a una persona, pero no hice caso. Llegue, lo identifiqué y se me acerca diciendo que quería hablar conmigo, enseguida me soltó un golpe en el pecho y me jaló del cabello”, relata la mujer.

La adrenalina del momento y demás emociones, la paralizaron justo frente a su agresor. La calle, aunque cercana a una vialidad altamente transitada, parecía ser cómplice del atacante, pues no había mucha circulación de unidades y las pocas que pasaban no se detenían a ayudarla.

“En esos tiempos me habían regalado un gas pimienta, porque justo por la colonia habían pasado algunos robos. Como pude lo saque de mi bolsa y lo rocié, pero con el viento un poco me cayó en el rostro y no podía hacer mucho, la verdad es que no sabía qué hacer”, dijo Ana al recordar la agresión.

Tras varios jaloneos y golpes que quedaron marcados en uno de sus brazos y un seno, pasó un joven, quien al percatarse del hecho intervino a favor de Ana, enfrentándose a golpes con A.H. Ni la Policía ni los vecinos, los auxiliaron.

“Después de golpear uno de los portones cercanos y hacerle señas a los conductores, sólo un señor se detuvo. Recuerdo que iba con otro joven y sólo dijo que buscaría a la Policía, pero nadie llegó”.

BUROCRATISMO

Luego de la agresión y de los golpes que también recibió el único joven que apoyo a Ana, ambos se presentaron ante el entonces Ministerio Público en Fortín de las Flores para levantar la denuncia, a pesar de las lesiones del joven -por la pelea- le solicitaron más de seis copias de su credencial de elector. Entre señalamientos de duda y algunos de burla, se levantó la denuncia con el oficio número 1895/2011, A los pocos días, se presentaron el domicilio de Ana, supuestos agentes del Ministerio Público para desarrollar la investigación. “Sólo me preguntaron lo que había pasado, vieron las lesiones porque para ese momento ya tenía los moretones, pero sólo eso y se fueron. Según dijeron que buscarían al sujeto.” Durante el encuentro con los supuestos agentes, le solicitaron un número telefónico para cualquier situación que surgiera.

“No hubo avances de la denuncia, por el contrario los únicos mensajes que recibí de estas personas fueron unas invitaciones a fiestas”, agregó. Por terceras personas, supo que su atacante habría pagado cerca de 2 mil pesos a los agentes. Mientras que Ana tuvo que cambiar su domicilio y número telefónico para evitar acoso tanto de su agresor como de los agentes.

Aunque hasta el momento no tiene claro el motivo de la agresión, se presume la participación de la expareja de Ana, con quien por esas fechas mantenía una disputa por el pago de la pensión alimenticia de su dos hijas menores.

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