Región.- La tala inmoderada que se registra en la zona montañosa de Alpatláhuac, Coscomatepec y Calcahualco, así como en el Parque Nacional Pico de Orizaba, comenzó a tener consecuencias negativas para el medio ambiente y la población local.
Lugareños indicaron que es una triste realidad de México, donde hasta en las montañas impera corrupción y extorsión por parte de ejidatarios y funcionarios de los parques, y ausencia del Estado de Derecho.
“Lo confirmamos, lo experimentamos en algunas ocasiones, por eso tuvimos que dejar de ir a algunos lugares”, añadieron.
En tanto, funcionarios de los tres niveles de gobierno muestran desinterés de apoyar para rescatar las áreas naturales protegidas, dieron a conocer ambientalistas.
En particular, el problema provoca que los ríos de la zona se sequen, lo que afecta a los municipios cercanos y a sus habitantes.
Al respecto, la Conagua, manifestó que todavía no inicia la temporada y tres municipios ya presentan sequía severa, lo que es una situación preocupante.
Según algunos pobladores de Calcahualco, en los últimos dos años se incrementó la tala de árboles dentro del Parque Nacional, pero el ayuntamiento no ha implementado operativos dentro de la reserva para detener esta actividad.
Además, la desaparición de la Profepa dejó a los taladores sin temor a las consecuencias de sus acciones, lo que permite que el problema se extienda sin control.
Los ríos y arroyos que suministran agua a Coscomatepec, Chocamán, Tomatlán e Ixhuatlán, comenzaron a secarse y otros sobreviven como aguas negras que provienen de drenajes o del centro de las ciudades.
Acciones
En 2017 se emitió el programa: “Rescatemos la cuenca del río Jamapa”, que involucró a diferentes sectores de la política, pero nunca se informó sobre los resultados.
Los taladores y productores de caja arrasaron con los bosques de Calcahualco, ahora destruyen el Parque Nacional y la parte montañosa de Alpatláhuac y Coscomatepec. Además, los cortadores de La Perla se unieron a esta actividad destructiva.
A pesar de lo anterior, los alcaldes y el gobierno estatal no han implementado operativos en la zona para detener la tala y proteger las áreas naturales.
Problemas
La temporada de sequía más fuerte comenzará a mediados de marzo y seguirá en abril, mayo y junio, lo que agravará la situación. Hasta el momento, no se ha implementado ninguna estrategia para controlar la actividad de los taladores en la zona montañosa, lo que hace que el futuro del medio ambiente sea incierto y muy preocupante.