Por: Andrés Timoteo / columnista
IGLESIA VS MORENA
El hacha de guerra está desenterrada y las escaramuzas comenzarán este mes. A partir de mañana jueves la Iglesia Católica inicia con lo más “suave” -por decirlo de alguna forma- que será una “Jornada de Oración” en las ocho diócesis de Veracruz. El llamado es para que en todas las parroquias se tengan 24 horas ininterrumpidas de rezos por la vida desde su concepción. No por el feto nonato sino por el óvulo fecundado.
Tal convocatoria de la jerarquía eclesial es, en términos llanos, orar contra el aborto y contra los que preparan iniciativas de ley para despenalizarlo a fin de otorgarles a las mujeres el derecho sobre sus cuerpos. El útero es propiedad divina, es la consigna milenaria de la doctrina católica que ahora recobra fuerza ante la coyuntura política pues al poder -federal y estatal- arribará un partido que enarbola ideas progresistas.
Esa es una de las paradojas del cambio y que se espera así continúe: el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador no es católico sino evangélico, aunque es muy conservador. Sin embargo, su partido, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) es liberal, pretende ser de izquierda y obviamente cobija causas que hacen estallar en cólera a los ultraconservadores como el matrimonio igualitario, la eutanasia, el aborto y la laicidad y el mantener a raya la influencia de la Iglesia Católica de la vida pública.
Muchos de los que integran Morena -los fundadores, no los advenedizos convenencieros- son activistas de largo tiempo que han luchado por esas libertades y ahora que tendrán mayoría en el Congreso de la Unión -cámaras de diputados y senadores- y en muchos congresos estatales, entre ellos Veracruz, se alistan para promover cambios sustanciales en las legislaciones para garantizar esos derechos.
En el país ya hay un precedente de gobierno “de izquierda” que hizo posible la institucionalización de aquellos temas. Fue en la Ciudad de México, gobernada durante tres décadas por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) -el antecedente de Morena- cuando se legisló para permitir la interrupción del embarazo a voluntad de las mujeres y el matrimonio homosexual, por citar dos de los tópicos más molestos para el conservadurismo político y religioso.
Hay que destacar que la mayoría de estos cambios legales se produjeron durante el gobierno de Marcelo Ebrard y Miguel Mancera, no de López Obrador. La despenalización del aborto se concretó en el 2007, ya con Ebrard. Un año antes, en el 2006 -cuando López Obrador estaba fuera del gobierno pues primero lo desaforaron y luego se fue a la campaña presidencial de ese año- se concretó la Ley de Sociedades de Convivencia que fue el antecedente del matrimonio igualitario que quedó incluido en la constitución capitalina apenas en agosto del 2017.
Es por eso por lo que ahora que López Obrador será presidente de la nación, la apuesta de la Iglesia Católica es apelar a su religiosidad y conservadurismo para cerrarle el paso a los progresistas que buscan modificar la Constitución para introducir esos derechos de las minorías y las mujeres. De ahí que la primera arma de los jerarcas católicos es la oración, la sutil referencia a Dios como protector de la vida de los óvulos fecundados antes de los derechos de la población femenina.
LOS FALSOS TESTIMONIOS
La segunda será la movilización y tendrá verificativo en dos semanas, el 20 de octubre, cuando se realice la llamada “Megamarcha por la vida” en la que los feligreses saldrán masivamente a la calle para exigir que no se modifique la propiedad divina sobre el útero femenino. Será de forma simultanea que en otras partes del país pues la guerra ideológica y política es a nivel nacional.
“Miles de veracruzanos saldrán a las calles en forma pacífica, festiva y organizada para enviar un mensaje al mundo de que en Veracruz decimos sí a la vida”, ha dicho el vocero de la Arquidiócesis de Jalapa, José Manuel Suazo, pero tal movilización será pacífica en la apariencia. Tal vez no rompan un vidrio o quemen alguna insignia, pero en las palabras hay mucha beligerancia, como ya lo demostró el propio portavoz religioso en su comunicado del domingo anterior.
Ya sin guardar las formas, el vocero diocesano le puso nombre y apellido a los ‘enemigos de la vida’ -y, por ende, enemigos de la Iglesia-: los parlamentarios de Morena y especialmente las mujeres diputadas a las que acusó de “traidoras” y “viciosas” -vaya palabra tan grave- pues desatienden el mandato de los ciudadanos que las eligieron el pasado primero de julio.
“Nos parece una actitud desleal y un vicio recurrente que estas diputadas se quieran ahora olvidar tan rápido de la voluntad popular. La sociedad salió a votar en contra de la pobreza, de la corrupción, de la violencia y de la impunidad. La gente desea mejores condiciones sociales, creyó en las promesas de cambio que se ofrecieron a diestra y siniestra. No votaron por las posturas personales, sino por un mejor país”, les dijo.
Y de paso agrega que, “la gran mayoría de los ciudadanos están deseosos porque en México se respete la vida desde el momento de la concepción hasta su desenlace natural. No deseamos más víctimas de la violencia; la cultura de la muerte le ha robado el futuro a muchas personas”, mezclando la “ola” de violencia con los derechos de las minorías. Así, mañosamente pretende equiparar las ‘ejecuciones’ del crimen organizado con la interrupción del embarazo.
La amalgama es perversa y el vocero diocesano peca al violar el octavo mandamiento que exige “no levantar falsos testimonios”. Es un rejuego de palabras mal intencionado porque la gente fue a votar contra las viejas instituciones y a favor de las libertades y el cambio. Eso no lo dice el vocero de la arquidiócesis. Los veracruzanos y los mexicanos votaron por las libertades y por las propuestas que Morena les presentó, entre ellas los derechos de las mujeres, de los homosexuales, de los ancianos y enfermos terminales, de quienes demandan educación laica y que repudian la injerencia de credos en el quehacer gubernamental.
También la movilización del 20 de octubre tiene como finalidad darle un mensaje al gobernador electo, Cuitláhuac García, quien, en teoría, deberá ser el impulsor de esas reformas progresistas. Esa “Megamarcha por la vida” poco tiene de fervor religioso pues en realidad se trata de un asunto político, el jaloneo por imponer dos agendas públicas: la de los ultraconservadores y la de los progresistas.
La Iglesia Católica no tiene ahora material para el chantaje, pues no hay elecciones en puerta y por lo tanto no puede recurrir a la contra-campaña desde el púlpito hacia los candidatos o políticos que promuevan una agenda liberal, pero sí tiene el recurso de la movilización y la diatriba ideológica para llevar adelante esta guerra contra Morena. ¿Quién ganará, ‘la piedra o el coyol’ -como dirían las abuelas-?
ARTE RECUPERADO
Después de estar durante dos meses en la Galería de Arte Contemporáneo, en la ciudad de Xalapa, hoy miércoles se abrirá al público porteño la exposición “Arte Recuperado” que son 16 obras de arte que le fueron decomisadas al exgobernador Javier Duarte de Ochoa y su esposa, Karime Macías, quienes las compraron con dinero robado a los veracruzanos.
La exhibición de pinturas, esculturas, litografías y facsímiles se montará en la sede del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), en la ciudad de Veracruz. Allí estará poco más de un mes, pues en las primeras semanas de noviembre las obras serán embaladas y llevadas a una bodega para ser entregadas a la próxima Administración, ya que forman parte de los bienes que se obtuvieron por medio de diligencias judiciales.
Y hay una recomendación urgente para todos: hay que ir a ver esa colección antes de que el próximo gobernador la devuelva al matrimonio Duarte Macías con el respectivo “usted disculpe”. Se debe aprovechar la oportunidad para apreciar esas obras de arte que originalmente sólo adornarían las salas y jardines de las casas que compró el corrupto exgobernador, también con dinero robado, entre ellas el rancho “El Faunito” en Fortín de las Flores.
En la colección hay un desnudo de Rufino Tamayo elaborado en 1947, tres piezas del muralista David Alfaro Siqueiros, una litografía de la norteamericana Leonora Carrington y un lienzo del colombiano Fernando Botero, además de otras de artistas me nos famosos, pero no de menor estética ni valor.
El ingreso a la muestra es gratuito, de martes a domingo con un horario de 9:00 a 20:00 horas. Hay que destacar que el nombre de la exposición fue cambiado, pues ahora se llama “Arte Recuperado” y antes tenía uno más ecléctico: “Interpretaciones formales”, aunque el pueblo le daría un nombre más práctico y realista: “Lo que Duarte se robó”. ¿No creen?