Córdoba.- No sólo a las autoridades policiacas ni mucho menos a las católicas corresponde impedir el mal, es necesario llegar a diálogos y en algunos casos hasta conversar con representantes de cárteles para así poder lograr un acuerdo de paz.
El obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, dijo que en el caso de Guerrero, en donde se ha llegado al extremo de impedir el paso de autoridades y de familias de unos pueblos a otros, fue importante el diálogo de la Iglesia Católica con los grupos armados.
“El hecho que le tocó al obispo Salvador Rangel de Chilapa, fue abogar para que no se cometan delitos, que se restablezca el agua porque en algunos pueblos la habían suspendido, así como la solicitud de que no se agrediera a los candidatos”, explicó.
Asimismo detalló que estos actos están pasando en varios estados del País, no sólo en Guerrero, por lo que se considera que todos los obispos pueden realizar diálogos para que desistan de hacer el mal, ya que “es nuestro trabajo el encomendarles a todo el mundo que no realicen daño”.
Indicó que convertirse en mediadores, dependería mucho de las autoridades políticas, federales, estatales y hasta de los mismos que se encuentran realizando el agravio a la sociedad. “Nosotros oramos para que todos tengamos paz y también en la medida de lo posible, tratar de que se deje de hacer el mal”, externó.
“Lo importante es que se termine esta situación de delincuencia, que no se detiene y sigue creciendo, tristemente nos despertamos con noticias de nuevas personas que fueron victimadas. Son cosas que nos duelen mucho ”, expresó.
En otro orden de ideas, el Obispo de la Diócesis de Córdoba mostró preocupación ante la situación que se vive en Siria.
“El papa Francisco, así como todos los obispos, hemos reiterado a orar y pedir por la paz en todo el mundo, es necesario que estas situaciones concluyan para poder vivir en tranquilidad”, finalizó.
