Orizaba.- La persona decapitada que fue encontrada la noche del sábado, con manos y pies cercenados sobre el kilómetro 265 de la autopista México-Veracruz, ayer fue identificada y reclamada por sus familiares ante la Fiscalía Regional del Estado.
Se trata del conductor Juan Francisco Lagunes Bello, oriundo de Boca del Río, quien procedente de la Ciudad de México se dirigía al Puerto de Veracruz a bordo de un tráiler Kenworth, color blanco, modelo 2004 y placas de circulación 652EU del Servicio Público Federal.
Fue en los primeros días de este mes cuando el chofer conducía la unidad con mercancía de una empresa nacional, a la altura del tramo San Cristóbal, perteneciente al municipio de Huiloapan de Cuauhtémoc, de la autopista Córdoba-Ciudad Mendoza, el tráiler presentó una falla mecánica.
Al lugar arribaron mecánicos que la compañía le envió, después de hacer las reparaciones, el chofer siguió su camino a fin de continuar con su trayecto y llegar a su destino, pero en cuestión de minutos desapareció la unidad del Sistema de Posicionamiento Global GPS.
Días después, el apoderado legal de la empresa Logistic Mercad Herrera Hermanos, Óscar Mora, se presentó ante el fiscal en turno para presentar formal denuncia por la desaparición, la unidad fue encontrada días después en la localidad de Sumidero, perteneciente al municipio de Ixtaczoquitlán.
La caja con la mercancía no fue hallada y menos el chofer, por lo que familiares se trasladaron hasta esta ciudad para denunciar la desaparición, pero hasta el pasado sábado fue que les notificaron el hallazgo de Lagunes Bello en el municipio de Huiloapan, el cual era el decapitado.
El cuerpo sin vida fue hallado por corporaciones policíacas sobre el camino de terracería de la Prolongación de Galeana, se encontraba tirado entre los matorrales, en avanzado estado de descomposición, a escasos 100 metros de la autopista, el cual tenía las manos y pies cercenados.
Fue su esposa Melina quien reclamó el cuerpo de su esposo, y padre de sus dos menores hijos de cinco y 12 años de edad, a fin de trasladarlo a su lugar de origen, y darle cristiana sepultura, desconocían si se encontraba inmiscuido en actos delictivos.
