Agencias
El huracán Beryl, ahora un ciclón de categoría 4, ha dejado un rastro de devastación en el sureste del Caribe, con seis muertes confirmadas y daños significativos en varias islas. Las autoridades en Jamaica y las Islas Caimán están en alerta máxima mientras el huracán avanza hacia sus costas. Beryl, que alcanzó la categoría 5 antes de degradarse, mantiene vientos de 250 km/h y marejadas ciclónicas, afectando gravemente a Jamaica donde se han llevado a cabo evacuaciones masivas.
En Carriacou, una isla de Granada, Beryl tocó tierra causando tres muertes. En San Vicente y las Granadinas, se reportó otra víctima mortal, mientras que al norte de Venezuela, dos personas fallecieron y cinco están desaparecidas. El primer ministro granadino, Dickon Mitchell, describió la situación en Carriacou y Petit Martinique como “desalentadora”, con destrucción casi completa de casas y edificios. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) pronostica que Beryl mantendrá la categoría 3 cuando pase por Jamaica y rumbo a la península de Yucatán.
Cientos de personas se refugiaron en el sureste del Caribe, y las islas enfrentan una ardua tarea de reconstrucción. Roy O’Neale, un residente de Granada, revivió el miedo del huracán Iván de hace 20 años cuando Beryl golpeó su casa. En Venezuela, la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, resultó herida por la caída de un árbol, y en República Dominicana, Beryl provocó inundaciones y desplazó a medio centenar de personas. Simon Stiell, de la Secretaría de la ONU para el Cambio Climático, destacó la gravedad de la crisis climática tras la destrucción de la casa de sus padres en Carriacou.