DE LA REDACCIÓN
EL BUEN TONO
XALAPA.- Jorge Winckler Ortiz, exfiscal general de Veracruz durante el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, enfrenta una nueva orden de aprehensión por el delito de tortura contra Gilberto Aguirre Garza. Su detención se suma a la que ya lo mantenía tras las rejas por otro caso de tortura, esta vez contra Francisco Zárate Aviña.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Veracruz (CEDH) confirmó la existencia de tortura en el caso Aguirre Garza, lo que derivó en una recomendación contra la Fiscalía General del Estado.
Sin embargo, lo que más resalta es la asimetría en la impartición de justicia: mientras Winckler acumula procesos y se hunde en prisión, su exjefe, Miguel Ángel Yunes Linares, sigue libre y sin tener consecuencias legales.
El exgobernador Javier Duarte, uno de los principales afectados por estas maniobras, reaccionó al caso y dejó en el aire una pregunta clave: ¿Winckler actuó por iniciativa propia o solamente obedeció órdenes de Yunes?
La omisión de las autoridades para investigar al exmandatario parece dar una respuesta implícita. La justicia en Veracruz sigue siendo selectiva, castigando a unos mientras otros continúan impunes.
