Efraín Hernández
El Buen Tono
Región.- En un intento por desviar la atención de las acusaciones de corrupción que lo rodean, Manuel Huerta Ladrón de Guevara ha propuesto una auditoría de las obras carreteras en Veracruz, alegando posibles problemas de calidad y fraudes. Esta propuesta no es otra cosa que una maniobra calculada para desviar el foco de su propia gestión corrupta al frente de los programas federales.
El estado deplorable de tramos carreteros clave en Veracruz, como Pánuco, Huayacocotla, Álamo y Fortín, es un testimonio directo de la omisión de la administración de Huerta, pues en su mandato, él tuvo la responsabilidad de gestionar y supervisar los recursos federales para estas obras, pero en lugar de garantizar la correcta aplicación de los fondos, prefirió regresar el dinero a López Obrador para sus programas electoreros, y ahora, al centrarse en posibles irregularidades en las construcciones, quiere justificar su propio mal manejo, y también el haber usado el dinero etiquetado para carreteras, en el manejo de su propia imagen.
Huerta subrayó la necesidad de examinar la calidad de las obras, sugiriendo que podrían haber sido construidas con materiales defectuosos. Este llamado a la auditoría no es más que una cortina de humo para desviar el escrutinio sobre su cuestionable gestión.
Es importante destacar que Huerta, en su anterior rol como delegado de la SCT, recibió demandas de mejora por parte del presidente de la República, mismas que nunca se concretaron adecuadamente, dejando un legado de promesas incumplidas y obras deficientes.
