CDMX.- Ninguna coordinación o investigación se ha realizado para dar con los huachicoleros de “cuello blanco”: altos funcionarios de Pemex, integrantes del sindicato dirigido por Carlos Romero Deschamps y autoridades de al menos seis Entidades donde se concentra más del 90 por ciento del robo a ductos: Puebla, Guanajuato, Veracruz, Hidalgo, Querétaro y Tamaulipas.
Tampoco se ha investigado a profundidad si este enorme trasiego ilegal de combustible es una forma de financiar ilegalmente campañas electorales. Los priistas han acusado de eso al exgobernador de Puebla Rafael Moreno Valle, aspirante presidencial del PAN, en cuyo mandato se disparó la actividad delictiva.
Sin embargo, ‘ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio’ ya que el crecimiento más alarmante se ha registrado durante la Administración Federal del propio Enrique Peña Nieto, en paralelo con un mayor desmantelamiento de la vigilancia en los ductos de Pemex.
Durante décadas el robo a los ductos de Pemex se trató de una actividad criminal menor, realizada por bandas sin la capacidad delictiva y corruptora como la actual.
Curiosamente, el crecimiento exponencial de esta actividad se registró en los últimos tres sexenios (Fox-Calderón-Peña Nieto), hasta llegar a representar un quebranto a las arcas públicas nacionales entre 15 mil y 20 mil millones de pesos anuales, según informó el titular de Hacienda, José Antonio Meade.
Lo realmente grave es que desde 2003 el Gobierno de Vicente Fox creó una “coordinación” institucional para frenar el robo ilegal de combustible. En casi 14 años han desfilado por esa coordinación interinstitucional seis secretarios de Hacienda, ocho secretarios de Energía, seis directores generales de Pemex, tres secretarios de la Defensa, tres titulares de la Marina y ocho procuradores generales de la República, y el robo de combustible se incrementó en 10 mil por ciento, según los informes de Pemex.