Guadalajara, Jalisco – Un evento cultural en el Teatro Degollado de Guadalajara, con motivo de los 135 años de la Banda de Música del Estado de Jalisco, se convirtió en centro de controversia el pasado 30 de octubre tras la intervención inesperada de Josué Coronado Hernández, jefe de Festivales y Grupos Artísticos de la Secretaría de Cultura del estado.
La noche, que estaba dedicada al homenaje de Juan Gabriel, “El Divo de Juárez”, tomó un giro inesperado cuando Coronado utilizó su discurso para hacer una alusión directa a Naasón Joaquín García, líder de la iglesia La Luz del Mundo. Durante su intervención, Coronado expresó su gratitud a un “ser supremo” y citó una frase de Joaquín García, quien se presenta como apóstol de Jesucristo: “La única forma de convertir nuestros proyectos sociales en fuerzas constructivas y efectivas es mediante la honestidad, la integridad y la humildad”. Este sermón despertó reacciones encontradas entre los asistentes y cuestionó la separación entre la cultura estatal y las creencias religiosas.
Naasón Joaquín García, quien asumió el liderazgo de la iglesia La Luz del Mundo en 2014, fue condenado en 2022 a 16 años y 8 meses de prisión por abuso sexual infantil, un dato que generó aún más controversia durante la intervención de Coronado. A pesar de esto, el funcionario fue ovacionado por el público, lo que aumentó la polarización del evento.
El acto ha sido interpretado por muchos como una violación de la normativa que rige el uso de espacios culturales públicos. El Reglamento de uso de espacios para el bien del inmueble denominado Teatro Degollado establece que no se debe permitir el uso del teatro para propósitos exclusivamente religiosos o propagandísticos. La referencia a Naasón Joaquín García, un líder religioso, en un evento cultural estatal ha generado debates sobre los límites entre libertad religiosa y la obligación del gobierno de mantener la laicidad en eventos públicos.
En este contexto, el internacionalista José Joel Peña destacó la contradicción que plantea el artículo 24 de la Constitución Mexicana, que garantiza la libertad religiosa, pero también subraya la necesidad de que los actos públicos no infrinjan la ley ni promuevan propaganda religiosa.
El evento también contó con la participación de artistas de la Banda Sinfónica de Colima, dirigida por Miguel Ángel Alatorre, quien explicó que el concierto fue concebido como un homenaje a Juan Gabriel y que el programa se recreó debido al éxito previo en Colima. Aunque Alatorre evitó comentar directamente sobre el sermón de Coronado, reconoció que algunos miembros del comité del Teatro Degollado tienen vínculos con La Luz del Mundo, lo que podría haber influido en el tono del evento.
Este incidente subraya la creciente tensión entre el Estado laico y la religión en eventos públicos en México, así como el debate sobre el uso de recursos gubernamentales para apoyar creencias religiosas en espacios culturales. Las repercusiones de este incidente continúan siendo un tema de discusión en la esfera pública, especialmente en un contexto donde las libertades civiles y la función del Estado como garante de la neutralidad religiosa están siendo cuestionadas.