MOSCÚ.- “Hay que jugar por el amor a ganar y no por el temor a perder”, fue la frase que Juan Carlos Osorio le dijo a sus jugadores antes de salir a la cancha del Luzhkini, que ayer fue testigo del partido que cambió la historia de México en los Mundiales.
Esta vez no hubo cubetazo de agua fría. El sueño no sólo se mantuvo hasta el final, sino que el triunfo contra Alemania ¡es histórico y oficial! gracias a un equipo lleno de personalidad.
El Tricolor cambió cuestionamientos por un resultado glorioso, gracias a un gol de Hirving Lozano desde el primer tiempo, no por casualidad sino producto del gran juego mexicano, a pesar de las angustias de la recta final. El equipo que tantos tragos amargos significó para México esta vez fue el que se quedó con las manos vacías. El 1-0 del Chucky al 35’ bastó para poner al equipo azteca en la cima del Grupo F y no sólo soñar con el boleto a Octavos, sino con un posible primer puesto que evite el cruce tan temido ante Brasil.
El destino le tenía guardada una buena noticia a los mexicanos que hicieron una fiesta en el Luzhkini, porque la preparación para este Mundial no fue de brillantez sino de polémica.
Pero esta vez el cuadro de Juan Carlos Osorio no fue el de la Confederaciones 2017 que quiso jugar de tú a tú al inicio y pronto se vio en desventaja, sino el cuadro calculador que sufrió en la defensa, pero tal como también puso en aprietos al campeón del mundo.
El gol de Lozano se dio con una jugada plena de verticalidad, pues un balón que robó Héctor Herrera fue a Chicharito, quien se combinó con Lozano para que tras un drible terminara de enloquecer a un inmueble que en tres cuartas partes de sus gradas se pintó de verde.
México tuvo varias ocasiones más, pero también Alemania; al final, no hubo cambio y el Tri ganó con autoridad.