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Historias de heroísmo

Superiberia

Córdoba.- Tener  temple de acero para encontrarse en situaciones de riesgo, no pensar más que en la seguridad e integridad de las personas y salvaguardar al que lo necesita, son una de las características que deben llevar consigo los Técnicos en Urgencias Médicas TUMs; mismos que narran sus historias y trabajos de heroísmo realizados en la Cruz Roja de Córdoba.

El técnico en Urgencias Médicas, Vladimir Luna Alejo, expresó sus vivencias y los logros que lo mantienen laborando en la Cruz Roja. 

“Inicié en el año 1997, en ese tiempo sólo se cursaba un año como Técnico en Urgencias Médicas, recuerdo que lo primero que quería hacer era subirme a una ambulancia, conducirla y llegar al lugar en donde las personas me necesitaban”, externó.

Luna Alejo detalló que fue difícil el integrarse al área de ambulancias; sin embargo, no quitó el dedo del renglón y continuo puliéndose en el Comité de Juventud, en el cual cursó tres meses, acreditó y posteriormente incursionó al área de Paramédicos durante un año.

“Fueron evaluaciones continúas mediante módulos entre teoría y prácticas, hasta que se llegó a la etapa final del curso, en el cual nos certificamos a nivel Nacional como Técnicos en Urgencias Médicas”, expuso.

Actualmente Vladimir Luna Alejo se prepara en diversos cursos como diplomados.

VOCACIÓN DE AYUDA

El instructor de la Escuela Local de Paramédicos, Daniel Flores Solís, compartió sus vivencias en la Cruz Roja y los momentos de angustia en que en ocasiones pueden ser víctimas tras las situaciones riesgosas. “En la Institución tengo 19 años y de lo que puedo platicar es que la idea de entrar a la Cruz Roja fue con la intención de ayudar a la gente, de estar en los momentos vulnerables de los ciudadanos, en donde podemos ser una especie de apoyo para sacarlos adelante”, expresó.Sin embargo,  Flores Solís reconoció que lo emocionante para él, era poder subirse a una ambulancia y conducirla hasta el lugar de los hechos para ofrecer ayuda. “Esa ilusión que tenemos desde niños, o cuando menos yo, era el poder ir a los lugares que me necesitaban manejando una ambulancia, el hecho de acudir a un llamado de auxilio representa para nosotros un indicio a cambiarle el destino o en este sentido, la vida a un ser humano”, expresó.

Para Daniel Flores, ser un paramédico de la Cruz Roja es una experiencia muy bonita, es un orgullo pertenecer a la Benemérita, ya que son muy pocas las personas que dedican tiempo a salvar otra vida.

“Es un compromiso apoyar a la gente que lo necesita, por esa razón debemos amar nuestra vocación”, dijo.

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