En menos de 24 horas dos ex presidentes fueron noticia en Estados Unidos. Ayer hablábamos sobre el espionaje que dio a conocer el impreso alemán Der Spiegel en tiempos de Felipe Calderón y que le tocó hasta a Enrique Peña Nieto en campaña. Ni modo, los cacharon y qué vergüenza, deberán someterse a las consecuencias diplomáticas que esperamos vayan más allá de las conferencias que ofrecieron por separado Miguel Ángel Osorio Chong y José Antonio Meade Kuribreca, que en teoría derivarán en una investigación.
Pero ayer, otra nota ex presidencial nos llevó mucho más atrás, al sexenio de Vicente Fox, y hasta un poco antes. Se trata de su ex esposa, Lilian de la Concha. Se sabe que hoy, la ex señora Fox es investigada por las autoridades estadunidenses por lavado de dinero. Se le vincula con Marco Antonio Delgado con quien también se supo tuvo una relación amorosa.
Lo que se persigue es una operación que suma 500 millones de dólares que presuntamente salieron del cártel del Milenio. Y que ella fungió como una de las intermediarias a quien se le vio en reuniones para saber de cuánto sería la comisión por cada dólar lavado.
Para el contexto, se anota que Delgado está hoy detenido en Estados Unidos acusado del mismo delito, lavado de dinero. Además, hace unos meses fue acusado en nuestro país de ser culpable de un fraude por 32 millones de dólares de la Comisión Federal de Electricidad.
La que podría ser la coartada para la defensa de De la Concha, sería tal vez aquella versión que ella mismo reveló, sobre el distanciamiento que tuvo con Delgado a pesar de haber tenido planes de matrimonio, como lo contó hace unos meses a Alberto Tavira: se conocieron, tuvieron una relación y tiempo después él se desapareció, lo que eventualmente llevó al rompimiento. Luego se enteró de que Delgado no era quien decía, no tenía las amistades que presumía.
Pero las autoridades estadunidenses investigan una supuesta reunión donde ambos concretarían el modus operandi de una transacción millonaria. Ellos tendrán que demostrarlo, porque incluso la defensa de Delgado asegura que la reunión sí se efectuó, pero que fue para tratar temas distintos a actividades delictivas. Habrá que esperar a dónde llega esto, pues el juicio contra la ex de Fox apenas empieza y la fiscalía busca condenarlo.
Claro que el asunto de espionaje tiene mucha más carga política, por tener asuntos diplomáticos de por medio, y porque es el actual Presidente del país uno de los afectados (y con él tantos personajes y asuntos que pasaron por oídos estadunidenses antes de que pasaran por muchos de aquí). Aunque se siente un tanto tibia la reacción del Gobierno mexicano, lo cierto es que sí es un tema que deberá tratarse con pinzas, pues ambos países tienen presencia en terrenos económicos, sociales y políticos. Una ruptura diplomática no vendría bien.