En un dramático giro de los acontecimientos en Medio Oriente, Hezbolá, el movimiento islamista libanés, ha confirmado la muerte de su líder, Hasán Nasralá, tras un bombardeo israelí en los suburbios del sur de Beirut. Esta noticia, que sacude los cimientos del grupo proiraní, llega poco después de que las fuerzas israelíes anunciaran su deceso, lo que marca un momento crítico en el conflicto entre Israel y Hezbolá.
Hezbolá emitió un comunicado lamentando la pérdida de Nasralá, quien había liderado el movimiento durante casi tres décadas. “Sayed Hasán Nasralá se reunió con sus compañeros mártires”, señala la declaración. La organización había perdido contacto con él desde la noche del viernes, lo que intensificó la especulación sobre su estado.
El ejército israelí no tardó en reclamar el éxito de su operación. Nadav Shoshani, portavoz del ejército, confirmó en la red social X que “Hasán Nasralá está muerto”. Este hecho fue calificado por Hamás, el grupo islamista palestino, como un “acto terrorista cobarde”.
Con 64 años y un legado poderoso en Líbano, Nasralá había vivido en la clandestinidad, apareciendo raramente en público. La pérdida de su figura se suma a la muerte de otros altos dirigentes de Hezbolá en el mismo ataque, lo que plantea serias interrogantes sobre el futuro del movimiento y su capacidad de respuesta.
Las tensiones han escalado significativamente, especialmente después de que Hezbolá abriera un nuevo frente contra Israel tras el inicio de la guerra en Gaza, desencadenada por un ataque de su aliado Hamás el 7 de octubre de 2023. Desde entonces, Hezbolá ha prometido continuar su resistencia hasta que se detenga la “agresión israelí” en Gaza.
El ejército israelí ha intensificado sus bombardeos, afirmando haber atacado 140 objetivos de Hezbolá en el sur y este de Líbano desde el bombardeo del viernes, lo que ha resultado en un alto número de bajas, mayormente civiles. Las autoridades europeas, preocupadas por el deterioro de la seguridad en la región, han recomendado a las aerolíneas que eviten los espacios aéreos de Líbano e Israel.
La muerte de Nasralá no solo representa un golpe a Hezbolá, sino que también podría cambiar el equilibrio de poder en la región, lo que genera una atmósfera de incertidumbre y temor. La escalada de violencia y la complejidad de las relaciones en Medio Oriente dejan entrever que el conflicto está lejos de resolverse, y la comunidad internacional observa con creciente preocupación.
