En Veracruz, la sociedad camina por un lado, el gobierno por otro y el CDE del PRI por otro.
Por ejemplo: en las últimas semanas el bombardeo político y mediático en contra del sexenio próspero ha sido tupido y duro. La controversia constitucional (por fortuna diluida) por la reforma educativa y leyes secundarias aprobadas en el Congreso local a caprichito de Adolfo Mota y Juan Nicolás Callejas Arroyo fue, sin duda, el rafagueo más canijo.
Y sin embargo, la tía de las barbies, Elizabeth Morales García, y el abuelito de las barbies, Alfredo Ferrari Saavedra, ni una espada lanzaron en defensa del jefe máximo.
Más que el silencio que, claro, también es un lenguaje; pero en este caso, de ingratitud y deslealtad para el gobernador, quien les abrió la puerta para encumbrarse en el cargo partidista.
En contraparte, en vez de estar revitalizando al tricolor, la tía y el abuelito de las barbies están en una terrible competencia para seducir a la población femenina en la cúpula partidista.
El último raund lo acaba de ganar Elizabeth Morales, pues de acuerdo con las versiones “le bajó” la secretaria a Ferrari Saavedra, quien ahora trabaja en el búnker de la presidenta.
Y el pobrecito de Ferrari, quien también se cree y siente un seductor, guardó silencio, pues, ni modo, ha confundido la institucionalidad con el servilismo y el vasallaje.
Quizá por eso mismo, el secretario del partidazo habría, digamos, de buscarse un efebo de secretario particular, de igual forma como él mismo lo ha sido en otros episodios de su vida, por ejemplo, en el BANRURAL, “los cerebros” del secretario de Educación, Emilio Chuayffet Chemor.
Claro, su estrategia pudiera ser nombrar a otra Barbie como secretaria nomás para seguir midiendo a su presidenta, y/o en todo caso, para explotar sus debilidades.
En fin, que mientras las pasiones carnívoras y desordenadas entre el partico están fuera de control, el tricolor se hunde en el descrédito, además de en la lealtad al jefe máximo.
Una vez más, el góber pareciera estar “durmiendo con el enemigo”. Casos Gabriel Deantes, Édgar Spinoso, Adolfo Mota, José Ricardo Ruiz Carmona.
“SI EL FESTIN HA DE SER DE CARNE… QUE SEA EN ABUNDANCIA”
Para nadie constituye una sorpresa que el partidazo sufra hoy un terrible y espantoso hartazgo ciudadano.
También, desde luego, los otros partidos, a partir en el caso del PAN, por ejemplo, de la llamada “Decena trágica” de los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón.
El hartazgo, no obstante, se multiplica contra el PRI, porque es el partido político en el poder con más años de antigüedad, como en el caso de Veracruz que siempre se ha mantenido en el trono sexenal con 73 gobernadores a la fecha.
Y por eso mismo, y a partir de la pobreza, la miseria, el desempleo, los sueldos de hambre, la migración, la baja calidad de vida, la pésima calidad educativa y la inseguridad, cada familia de Veracruz vive y padece “la gota que derramó el vaso”.
Cada familia en Veracruz, por ejemplo, tiene un pariente, un amigo, un vecino, un conocido secuestrado, desaparecido, asesinado y sepultado en fosas clandestinas.
También, cada hogar tiene un pariente, un amigo, un vecino, un conocido… como migrante en la frontera norte y en Estados Unidos.
En forma alternativa, cada vez florecen más organizaciones civiles, incluso, hasta para blindarse a sí mismo en el caso de la in/se/gu/ri/dad.
En Michoacán y Guerrero, por ejemplo, se llaman autodefensas y guardias comunitarios. En la zona conurbada Veracruz-Boca del Río se llaman “El vecino vigilante”. En Amatlán, por ejemplo, se denominan “El vigilante”. En Coatzacoalcos, y “antes de que el gallo cantara tres veces”, el alcalde integró sus propias redes ciudadanas.
Y el PRI de la Barbie exalcaldesa de Xalapa en el autismo político y social. “Ni ve ni oye” el resurgir ciudadano a partir de la inconformidad, una muestra inevitable del hartazgo.
Y a tales hechos y circunstancias se agregan las pasiones eróticas.
Sin ninguna duda sólo reproducen el síndrome que les ha tocado vivir. Por ejemplo, la Shariffe en altamar en un yate abrazadita con su amiguita.
La Xóchilt con sus fotos eróticas caminando en las redes sociales.
El profe del COBAEV de Agua Dulce trepando sus videos con alumnas al Internet.
El “Silvio Berlusconi” de la procuraduría de Justicia con un rapidín a media mañana en una oficina pública.
Érick Lagos con sus barbies en “El tálamo de caucho” en la misma secretaría de Gobierno.
El drogadicto de palacio.
Etecé. Etecé.
Y, bueno, desde tal perspectiva, si la presidenta “le bajó” su Barbie al secretario, solo reproducen la sabia enseñanza del expresidente del PRI en el Distrito Federal; pero al mismo tiempo, están cediendo a los cánticos de las sirenas a Ulises, olvidando la tarea fundamental.
Claro, si Helena de Troya provocó una guerra, una Barbie bien vale una misa en París. Y más, si está rete/buena.