AGENCIA
CDMX.- Durante su conferencia mañanera del 14 de diciembre, el presidente López Obrador se lanzó contra los periodistas Sergio Sarmiento, Carlos Loret de Mola y Ciro Gómez Leyva al decir que “si los escucha uno mucho, hasta le puede salir a uno un tumor en el cerebro”.
Al criticar a los conservadores y defender proyectos como el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas y los avances de la vacuna Patria en su conferencia mañanera AMLO atacó a los periodistas.
“Es gente muy deshonesta, hay que seguir, hay que seguir informando, no dejarles libre el terreno, imagínense si nada más escucha uno a Ciro o a Loret de Mola o a Sarmiento. ¡No pues, además es hasta dañino para la salud; o sea, si los escucha uno mucho, hasta le puede salir a uno un tumor en el cerebro!”, expresó López Obrador.
Parece inconcebible que López Obrador no comprenda la gravedad de sus palabras. El discurso de odio, el ataque permanente a personas es peligroso, mucho más cuando el ataque viene desde esa tribuna que debe ser de reconciliación y encuentro no de polarización. ¡Indignante!
Minutos después de solidarizarse con Ciro Gómez Leyva, AMLO regresó a su crítica a periodistas. “Pertenecías al grupo de Krauze o al de Aguilar Camín o Reforma ya que su misión era mantener al régimen corrupto y para ello compraban a periodistas o escritores”.
Además de que sólo le dedicó a Ciro cinco minutos, en cambio a Abraham Mendieta más de 10 (donde dijo que lo apoya y que va a desaparecer el 33 constitucional “aunque se enojen” para que no lo puedan expulsar). Ahílas prioridades del “humanista”.
Es muy preocupante la forma de pensar y actuar de este hombre, pero más lo es de quienes lo siguen y defienden a capa y espada, es inverosímil el nivel de ceguera de sus seguidores.
La chamba de un buen periodista es juzgar al poder no aplaudirlo, la chamba del Presidente no es criticar a los periodistas, tiene mil cosas más importantes que hacer antes que ponerse todas las mañanas a llorar en su mañanera porque los periodistas lo critican; pero cuando un Presidente, irresponsablemente, ataca a intelectuales y periodistas, enrarece la vida pública y crea el ambiente propicio para este tipo de atentados.