ORIZABA.- Gobierna la mancuerna PRI-AN-PRD, sus amigos, su círculo de poder y hasta las células de Morena, provocando la ira del panismo, el reclamo y la decepción.
Atesta de priistas su Gobierno. Los lleva al Palacio y fuera de él, y a las áreas descentralizadas. Premia así al fidelismo y a las huestes de Javier Duarte, los que por acción u omisión, enriquecidos con el dinero del erario o con su silencio, llevaron al naufragio a Veracruz.
Lleva el Gobernador a Rogelio Franco a la Secretaría de Gobierno, posición del PRD, que con sus votos sumó lo que le faltaba al panista para ganar la Gubernatura, el 5 de junio. Otras versiones sostienen que Franco Castán operó entre las bases del PRI, con sus amigos de generación universitaria y ahí le arrancó votos al tricolor.
Lleva el Gobernador al panismo que en el pasado inmediato lo combatió, le regateó espacios, lo increpó, lo acusó de violentar asambleas, le armó culebrones que el desleal Francisco Vicente, alias “El Chuletas”, exjefe de prensa del Alcalde de Boca del Río, terminó por entregar a María Gina Domínguez Colío, exvocera y aún operadora de Javier Duarte. Cogobierna Julen
Rementería. Para el veterano panista es la codiciada Secretaría de Infraestructura y Obra Pública, la joya de la corona aunque hoy no tenga recursos para operar. Ya vendrá la jauja, la bonanza, con el presupuesto federal y las aportaciones que suman miles de millones, las de la Federación y las de los constructores.
A sus amigos los puso donde hay: Téllez Marié en Seguridad Pública, Enrique Pérez en Educación, a Joaquín “El Chapito” Guzmán —con minúscula para evitar confusión con el célebre narco— la Sedarpa, Silvia Mota en la Secretaría de Trabajo, Arturo Irán Suárez Villa en Salud, Mariana Aguilar López en Medio Ambiente y Alejandro Zairick en Desarrollo Económico y Portuario.
Al clan Yunes Márquez le tocó la Contraloría, que hoy ocupa Guillermo Moreno Chazarini, exsíndico de Boca del Río; Sedesol, en la que despacha Índira de Jesús Rosales San Román, exsecretaria del Ayuntamiento boqueño, y el coordinador de Comunicación Social es Elías Assad Danini, exvocero de Chiquiyunes.
No hay cabida para todo el panismo y ellos lo saben. Y menos cuando a los espacios que ofrecía el Gobernador a la militancia, a los operadores, a las cabezas de grupo, llegan las rémoras del PRI, cómplices de Fidel Herrera y cómplices de Javier Duarte.
Paúl Martínez Marié es uno. Se debe a Juan Manuel Velázquez Yunes, quien siendo alcalde de Perote lo hizo secretario del Ayuntamiento. Y en Paúl se hizo el milagro. No el religioso sino el de la corrupción. De la medianía pasó a la opulencia. De la estrechez pasó al derroche. Del negocio de reparación de computadoras pasó al poder y el dinero.
Presume ser todo lo que el Gobierno dice combatir: fidelista, duartista y yunista rojo. Y ahora es subsecretario de Energía, para gloria del panismo.
Otro, Sergio García Barradas, excoordinador de Giras de Fidel Herrera, hoy es director de Consejos Escolares de Participación Social de la SEV, y Rafael Sánchez Ramos, beneficiario del duartismo y de Fidel, es coordinador de Actualización del
Magisterio.
Y el panismo de siempre se irrita. Ve que las palabras se las lleva el viento, que la familia azul no tendrá cabida en la alternancia, que el cambio es cuento, que la promesa de justicia es impunidad real.
En el Norte y la playa, en la montaña y la Capital, en la Sierra y en el Sur los panistas doctrinarios gritan su malestar.
Coatzacoalcos, donde el neopanismo suplantó al panismo, donde los priistas de Luis Rendón se vistieron de azul para operar una campaña que resultó un fracaso electoral, el premio huele a traición.
Sí, el PAN traicionado por el Gobernador. Uno de los doctrinarios, Pedro Hernández Fernández, exregidor y operador con fuertes enclaves en la estructura, en los consejos, reclama que a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento la llenen de miembros de Grupo Integra, la plataforma política del exalcalde priista Iván Hillman Chapoy, esposo de Mónica Robles, del Clan de la Succión, su suegra Roselia Barajas, su suegro José Pablo Robles Martínez, dueños de Diario del Istmo e Imagen de Veracruz, concesionarios de Morena en el Sur.
Le duele a Pedro Hernández que los espacios de CMAS los llenen los fans del exdiputado local priista y duartista Rafael García Bringas, el que retaba a golpes al panismo en el Congreso de Veracruz. Y si el Gobernador no lo cree, que le pregunte a María del Carmen Pontón y Ana María Ledezma, las diputadas que se encadenaron a la tribuna para enfrentar el mayoriteo del PRI y sus rémoras.
Dice en su cuenta de Facebook Pedro Hernández, aunque horas después lo haya bajado:
“A un mes de Gobierno, me entristece ver cómo gente del PRI ocupa lugares en dependencias, en especial gente de Integra y de Bringas.
“En campaña, como todos los años, nuestro candidato a Gobernador nos decía: ‘No alcanzarán los panistas para cubrir los puestos del Gobierno’. Hasta hoy, no hay panistas colocados en puestos principales, sobre todo aquí en Coatzacoalcos”.