Aunque el Día del Amor y la Amistad ya quedó atrás, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) lanzó un importante recordatorio sobre la preservación de los colibríes, unas de las especies más emblemáticas de la fauna mexicana. En un comunicado reciente, la Profepa advirtió que la captura, comercio ilegal y los rituales conocidos como “amarres de amor” con estos pequeños seres pueden acarrear penas severas: hasta nueve años de cárcel y hasta tres mil días de multa a quienes pongan en riesgo, capturen o asesinen a estos animales.
Los colibríes, aves nectarívoras con una vida de entre seis a 12 años en estado libre y hasta 17 años en cautiverio, se encuentran listados en la Norma Oficial Mexicana NOM-59 y en la Convención Internacional sobre el Tráfico de Especies Amenazadas (CITES). Esto implica que su captura o tráfico no solo es un atentado contra la biodiversidad, sino también un acto ilegal que atenta contra las leyes nacionales e internacionales.
La Profepa explicó que estas aves tienen una relación única con las plantas de las que se alimentan, lo que las hace vulnerables a cualquier alteración en su hábitat natural. La modificación de su entorno, la extracción ilegal y la destrucción de los ecosistemas son las principales amenazas para su supervivencia.
Por tal motivo, la dependencia ha hecho un llamado a la sociedad para evitar cualquier actividad relacionada con el tráfico o la posesión de colibríes, enfatizando que quienes sean sorprendidos realizando estas prácticas enfrentan graves consecuencias legales.
Es esencial que todos tomemos conciencia del impacto que nuestras acciones pueden tener sobre la fauna, y especialmente sobre especies tan singulares como los colibríes. Su preservación es responsabilidad de todos, no solo por su belleza, sino por el equilibrio ecológico que representan.
