De acuerdo con información de Daily Mirror, el pequeño se encontraba de vacaciones en su casa, ubicada en una zona rural de la provincia de Guizhou, al sureste del país cuando su salud comenzó a decaer.
Durante 10 días estuvo tosiendo sangre hasta que los padres lo llevaron al médico para que lo examinaran.
Los doctores locales no lograron establecer un diagnóstico, por lo cual derivaron al niño al hospital materno- infantil de Guiyang, la capital de la provincia.