Los cadáveres de los delfines que aparecieron en la costa atlántica de Francia están horriblemente mutilados, con las aletas cortadas, pero lo que sorprende a los estudiosos marinos no es solamente la brutalidad de las muertes de los mamíferos, sino también los números: un total de mil 100 desde enero, un récord.
Las muertes en masa, atribuidas a la pesca industrial, han alarmado a los activistas por el bienestar animal y han hecho que la Secretaría de Ecología de Francia lance una campaña nacional para protegerlos.