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Hallan fósil de delfín enano de hace 30 millones de años

Superiberia

 

 

Charleston.- Un buzo ha descubierto en el río Wando, en Charleston, Carolina del Sur (Estados Unidos), un cráneo de una especie extinta de delfín que vivió hace entre 28 y 30 millones de años, no tenía dientes y era más pequeño que otras especies similares como el delfín nariz de botella que existe en la actualidad.
La especie, denominada ‘Inermorostrum xenops’, vivió durante el mismo periodo que ‘Coronodon havensteini’, una especie antigua de ballena previamente anunciada por investigadores del Instituto de Tecnología de Nueva York de Medicina Osteopática (NYITCOM, por sus siglas en inglés) y Colegio de Charleston en la revista ‘Current Biology’.
El hallazgo del fósil tuvo lugar a pocos kilómetros de la ubicación donde se encontraron los restos de ‘Coronodon’, y presenta la primera evidencia clara de mamíferos marinos ecolocalizadores que se alimentaban mediante succión.
Los investigadores, encabezados por un miembro del profesorado del College of Charleston, estiman que el delfín creció hasta alcanzar sólo 1.20 metros de largo, una longitud más pequeña que sus parientes más cercanos, y significativamente más pequeña que los delfines nariz de botella (‘Tursiops truncatus’) de la actualidad, que miden de siete a doce pies de largo.
Según el profesor adjunto de geología de la Universidad de Charleston, Robert W. Boessenecker, el delfín enano tenía un hocico corto y carecía por completo de dientes. El nombre del género, ‘Inermorostrum xenops’, significa “hocico indefenso”, refiriéndose a su condición desdentada. Boessenecker, autor principal del estudio -publicado en la revista ‘Proceedings of the Royal Society B.’-, cree que este delfín se alimentaba principalmente de pescado, calamar y otros invertebrados de cuerpo blando del fondo marino, similar al comportamiento alimentario de una morsa. Además, una serie de canales profundos y agujeros para las arterias en el hocico indican la presencia de tejidos blandos extensos, probablemente labios agrandados, y quizá incluso bigotes.
“Estudiamos la evolución de la longitud del hocico en los cetáceos y encontramos que, durante las épocas del Oligoceno (25-35 millones de años) y del Mioceno temprano (hace 20-25 millones de años), las ballenas ecolocalizadoras rápidamente desarrollaron hocicos extremadamente cortos y hocicos extremadamente largos, representando una radiación adaptativa en el comportamiento alimentario y especializaciones”, explica Boessenecker.
“Hemos descubierto que los hocicos cortos y los hocicos largos han evolucionado numerosas veces en diferentes partes del árbol evolutivo, y que los delfines modernos como el delfín nariz de botella –que tiene el hocico dos veces más grande de largo que de ancho– representan la longitud óptima, al permitir tanto la captura de peces como la alimentación por succión”, continúa.

REVISIÓN DE LA EVOLUCIÓN DE LOS CETÁCEOS

El miembro del equipo de investigación, Jonathan Geisler, presidente del Departamento de Anatomía y profesor asociado del NYITCOM, dice que el descubrimiento es un paso importante para entender por qué la costa de Carolina del Sur, en Estados Unidos, ofrece una visión única de la evolución de los cetáceos.

“Coronodon’, una ballena que se alimenta por filtrado, e ‘Inermorostrum’, un delfín de alimentación por succión, podrían haberse alimentado de la misma presa, y sus comportamientos alimentarios no sólo nos han ayudado a entender sus diferentes tamaños, sino también a arrojar luz sobre la ecología de los hábitats que condujo al Charleston del día de hoy a estas riquezas fósiles”, afirma Geisler.

Por su parte, la doctora Danielle Fraser, paleontóloga del Museo Canadiense de la Naturaleza y también parte del equipo de investigación, señala que la identificación de ‘Inermorostrum’ abre nuevas preguntas sobre la evolución de las primeras ballenas. “El descubrimiento de una alimentación por succión tan temprana en su evolución nos está obligando a revisar lo que sabemos acerca de la rapidez con que aparecieron nuevas formas y lo que puede haber estado impulsando la evolución temprana de las ballenas”, explica. “El aumento de la productividad oceánica puede haber sido un factor importante”, agrega.

Muchas especies de ballenas ‘Oligocene’ han sido descubiertas en Carolina del Sur, concretamente en y alrededor de Charleston. Junto a Nueva Zelanda, Japón, y el noroeste pacífico, este área es una de las pocas en el mundo que proporciona una ventana a la evolución temprana de la ballena dentada.

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