AGENCIA
CDMX.- El Templo Mayor de la antigua Tenochtitlán sigue escondiendo, entre sus ruinas, secretos y misterios que aún no conocemos. Ahora, llega un nuevo descubrimiento que nos puede ayudar a dilucidar cómo era la antigua propaganda del imperio mexica.
Con información de Reuters sabemos que un extenso depósito de ofrendas rituales aztecas ha sido hallado en el centro de Ciudad de México, junto a la escalinata de lo que habría sido el santuario más sagrado del imperio, lo cual aporta nuevos datos sobre los ritos religiosos prehispánicos y la propaganda política.
Sellado en cajas de piedra hace cinco siglos, el contenido de un cajón encontrado en el centro exacto de lo que fue un estrado circular ceremonial ha batido los récords de ofrendas de objetos marinos procedentes tanto del Pacífico como de la costa del Golfo de México, incluyendo más de 165 estrellas de mar de color rojo intenso y más de 180 ramas de coral completas.
Arqueólogos creen que sacerdotes aztecas colocaron cuidadosamente estas ofrendas en la caja dentro de la plataforma elevada para una ceremonia a la que probablemente asistieron miles de espectadores embelesados en medio del estruendo de tambores.
En la misma caja, arqueólogos ya habían encontrado un jaguar sacrificado vestido como un guerrero asociado a la deidad azteca Huitzilopochtli, el dios de la guerra y del sol, antes de que la pandemia del coronavirus obligara a suspender las excavaciones durante más de dos años.
Entre los detalles de los que no se había informado anteriormente se incluye el descubrimiento el mes pasado de un águila sacrificada y encontrada en las garras del jaguar, junto con dardos de madera en miniatura y un escudo de palma encontrado junto al felino orientado al oeste, que tenía cascabeles de cobre atados a los tobillos.
La caja rectangular parcialmente excavada, que data del reinado del mayor emperador azteca, Ahuitzotl, que gobernó entre 1486 y 1502, muestra ahora una misteriosa protuberancia en el centro, bajo el esqueleto del jaguar, que indica que hay algo sólido debajo.
Hasta la fecha, no se ha encontrado ninguna tumba real azteca a pesar de los más de 40 años de excavaciones en los alrededores del Templo Mayor, donde se han encontrado más de 200 cajas de ofrendas.
El templo se alzaba tan alto como un edificio de 15 pisos antes de ser arrasado en los años posteriores a la conquista española de México en 1521 y los escombros sirven para ocultar muchos de los últimos hallazgos.
Además de la ofrenda central que contiene el jaguar, recientemente se han identificado otras dos cajas adyacentes, que se abrirán en las próximas semanas.
Es probable que haya más animales feroces vestidos de guerreros, quizá adornados con jade, turquesa y oro.
Las ofrendas acuáticas que cubren al jaguar pueden representar el inframundo acuático donde los aztecas creían que el sol se hundía cada noche o posiblemente parte del viaje de un rey después de la muerte.