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Tezonapa.- La espeluznante realidad de la violencia en la región volvió a salir a la luz con el descubrimiento de cerca de 30 cuerpos en fosas clandestinas ubicadas en Tezonapa, y otros municipios de la región, durante el último año, informó la representante del colectivo Madres Luna, Marcela Zurita Rosas.
Lo anterior, que debería ser un paso hacia la justicia, se opacó por la desesperante lentitud en los procesos de identificación de los restos.
“En una de las localidades encontramos 12 bolsas con los restos de siete personas. Por las condiciones en las que se hallaron y la falta de personal especializado, identificar a las víctimas y entregarlas a sus familias es un proceso dolorosamente complicado”, expresó.
La indignación y frustración de las familias de personas desaparecidas son palpables en la zona.
Cada hallazgo representa una tragedia humanitaria, pero también un grito de auxilio ante la indiferencia y la burocracia que ralentizan el camino hacia la verdad que buscan.
Pese a los obstáculos, el colectivo Madres Luna sigue adelante, anunciaron que reanudarán sus labores de búsqueda en febrero, tras un breve descanso.
Sin embargo, el clamor hacia las autoridades es claro: urge agilizar los procesos de identificación y asignar mayores recursos para enfrentar la crisis de desaparecidos.
El panorama desolador pone de manifiesto la magnitud de la violencia en la región y la falta de acciones contundentes por parte del gobierno para ayudar a las buscadoras a encontrar a desaparecidos.
Mientras las familias continúan escarbando entre el dolor y la tierra, el silencio oficial se mantiene como una herida abierta para la justicia de las madres.