Xalapa.- Aunque el crimen organizado recluta a sus “halcones” o vigilantes entre jóvenes menores de 20 años, también lo pueden ser la señora que vende elotes en la esquina o la parada del camión, el taxista o los estudiantes.
Así lo dijo el antropólogo investigador de la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP), Ernesto Hernández Sánchez, al mencionar que la “halconeada” es una actividad en la que predominan los jóvenes que carecen de expectativas hacia el futuro.
Dijo que en su mayoría, los halcones son jóvenes provenientes de familias fragmentadas, sin estudios, sin trabajo, que son habilitados con un radio para proporcionar información en claves a las redes del narco en las colonias con mayor actividad.
Explicó que los halcones se encargan de “vigilar “quién entra y quién sale en una ciudad en dónde está asentada una célula del crimen, además de manejar los códigos de seguridad.
“A ellos les dan radios que es lo único con lo que trabajan y están radiando quién entra y quién sale por las terminales de autobuses”, detalló.
Se trata de una labor de riesgo pues si se equivocan al proporcionar una clave son severamente castigados.
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