En un dramático discurso durante la Asamblea Nacional por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad en Bogotá, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, reveló un supuesto plan para asesinarlo antes de fin de año. Según Petro, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) a través del embajador en Bogotá le alertó sobre un complot que implicaría un camión cargado con dinamita para atentar contra su vida.
“Con el dinero que han puesto, han comprado dos volquetas. La idea es llenar una con dinamita y explosivos, y usar información interna de mis rutinas para hacerla volar a mi paso”, detalló Petro ante sus seguidores.
El mandatario colombiano, que ha sido un blanco recurrente de críticas y amenazas, también acusó a sus adversarios de orquestar un golpe de Estado. En su discurso, Petro vinculó esta supuesta conspiración con una investigación del Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre su campaña de 2022, y criticó a los magistrados por lo que él considera una “puñalada trapera” en su contra.
Petro, envalentonado por el apoyo de su base social, atacó a los medios de comunicación, a las clases altas, y a la oposición, mientras defendía los logros de su gobierno, incluyendo la reducción de la pobreza y el control de la inflación. También se refirió al uso del software de espionaje Pegasus en medio de las protestas sociales del país.
Con una retórica cargada y entre vítores de sus seguidores, Petro concluyó su discurso preguntándose si prevalecerán la democracia y el pueblo colombiano o si la “puñalada trapera” se impondrá. El presidente continúa enfrentando un entorno político y social altamente tenso mientras mantiene su compromiso con sus reformas y su visión para el país.