Volver al trabajo después del nacimiento de tu bebé puede ser un desafío, especialmente cuando quieres asegurarte de que tu pequeño siga recibiendo todos los beneficios de la leche materna. Afortunadamente, es posible complementar tu vida laboral con la lactancia materna, y aquí te contamos cómo hacerlo de manera práctica y efectiva.
¿Cómo almacenar la leche materna?
Antes de comenzar, es esencial que tengas a la mano los elementos necesarios para que esta actividad sea lo más sencilla posible:
- Extractor de leche: Puede ser manual o automático, según tu presupuesto y preferencia. Recuerda esterilizarlo antes del primer uso.
- Bolsas o botellas para almacenar: Pueden ser de plástico o vidrio, diseñadas específicamente para leche materna.
- Etiquetas y pluma: Para marcar la fecha y hora de extracción.
- Calentador de leche: Para cuando necesites calentarla.
Paso a paso para almacenar la leche materna
- Extracción:
Encuentra un lugar cómodo y tranquilo en casa para extraer la leche, o utiliza tus horas laborales para hacerlo. Recuerda que tienes derecho a un espacio limpio en tu trabajo para esta actividad. La leche debe refrigerarse inmediatamente después de la extracción en la parte más fría del refrigerador, pero no en el congelador. - Almacenamiento:
Usa las bolsas o botellas que hayas preparado. Asegúrate de marcar cada recipiente con la fecha y la hora de la extracción. Es importante utilizar un recipiente limpio cada vez y no mezclar leche de diferentes extracciones. - Cuidados adicionales:
La leche materna refrigerada puede durar hasta 48 horas, y si decides congelarla, puede conservarse hasta dos meses. Cuando la calientes, hazlo a baño María.
Ventajas de dejar leche materna en casa
- Ahorro: Almacenar leche materna te ayudará a reducir los costos de fórmula.
- Continuidad: Mantendrás tu producción de leche constante, incluso durante el trabajo.
- Conexión: Tu bebé sentirá tu presencia a través de la leche, ayudándole a no sentirse abandonado.
Tip extra: Banco de leche materna
En tus días libres, sigue extrayendo leche para crear un “banco” de leche materna en el congelador. Esto será útil en caso de que un día no puedas extraerla o si te enfermas y no puedes alimentar a tu bebé directamente.
Recuerda, la lactancia materna es un regalo que sigue beneficiando a tu bebé incluso cuando no estás físicamente presente. ¡Con estos sencillos pasos, podrás asegurarte de que tu pequeño siempre reciba lo mejor de ti!