La suspensión de la liga ucraniana de futbol, el traslado de la Copa Davis a Turquía, el deseo de salir del país de los deportistas extranjeros que juegan en los clubes locales y, en sentido inverso, la incertidumbre sobre cómo regresarán a casa los que competían fuera, caso de la selección masculina de baloncesto que está en Córdoba, son los primeros efectos en el deporte de la guerra de Ucrania.
Los organismos deportivos internacionales estudian cómo hacer frente a las consecuencias del conflicto abierto por Rusia, país encargado de organizar, entre otras citas, la próxima final de la Liga de Campeones en San Petersburgo.
Desde la primera institución deportiva mundial, el Comité Olímpico Internacional (COI), que considera los ataques una violación de la tregua olímpica en vigor por los Juegos de Pekín, hasta el capitán de la selección de futbol ucraniana, Oleksandr Zinchenko, que ha deseado a Vladimir Putin “la más dolorosa de las muertes”, las reacciones de condena se han sucedido en la comunidad deportiva.
El COI recordó que la tregua olímpica, firmada por unanimidad por todos los estados miembros de Naciones Unidas con motivo de Pekín 2022, se extiende hasta el final de los Juegos Paralímpicos, el 13 de marzo, por lo que condenó “enérgicamente” su “incumplimiento por parte del gobierno ruso”.