in ,

‘Gringos’ demandan a restaurantero por el ‘ruido’ de la música

Superiberia

AGENCIA

Puerto Vallarta.- Apenas una semana después de la controversia suscitada en Mazatlán por el intento de regular e incluso prohibir la música de banda en las playas, surge un nuevo debate en Puerto Vallarta que vuelve a poner sobre la mesa las tensiones entre los intereses de extranjeros y la preservación de la cultura mexicana.

El chef Julio Castellón compartió en redes sociales su descontento por una experiencia que tuvo con un grupo de estadounidenses en su restaurante, generando una amplia discusión sobre el tema.

Según relata el creador de contenido, un grupo de “gringos” expresó su deseo de cerrar su negocio debido al supuesto ruido ocasionado por la música mexicana dentro del establecimiento. La publicación desencadenó una gran cantidad de comentarios en contra de los demandantes, polarizando la opinión pública sobre la legitimidad de sus acciones.

“Resulta que unos gringos quieren cerrar mi restaurante de comida mexicana con más de 35 años de historia aquí en el centro de Puerto Vallarta, solo porque tocamos música mexicana”, mencionó Castellón en su video compartido en TikTok. El chef lamentó tener que enfrentar una demanda dentro de un tribunal por simplemente realizar su trabajo, lo cual atribuye a la inconformidad de otras personas que argumentan verse afectadas en su calidad de vida como residentes retirados en Puerto Vallarta.

Uno de los argumentos esgrimidos por Castellón para defender su postura fue que los estadounidenses fueron quienes decidieron mudarse junto a su restaurante, no al revés, ya que el establecimiento lleva más de tres décadas en la misma ubicación. Además, el chef enfatizó la importancia de la cultura mexicana en zonas turísticas como Puerto Vallarta, señalando que los visitantes extranjeros deben comprender y respetar las tradiciones del país que están visitando.

El caso ha desatado una conversación sobre cómo deberían comportarse tanto los turistas extranjeros como los ciudadanos locales, y ha puesto de relieve las tensiones culturales y las dificultades que pueden surgir en un entorno tan diverso como el de Puerto Vallarta.

Hasta el momento, no se ha proporcionado información sobre el estado actual de la situación legal entre el restaurante y los demandantes, pero se espera que el debate continúe generando discusiones en las redes sociales y la comunidad local.

¡Ah! Pero “la gentrificación no afecta o no existe”, que, si “te alzaron los precios y te parece caro, el mexicano es el pobre”; si el “gringo” llega es porque sus dólares no rinden en su propio país.

Si compraron junto a un restaurante, ¿qué esperaban? Ni modo que haya silencio absoluto.

En Mérida se ha dado muchos casos donde quieren cambiar las costumbres de la ciudad, impidiendo el crecimiento de negocios y atractivos en el centro.

PUBLICIDAD CANAL OFICIAL

Agradecen al Señor de la Misericordia, familias del Mercado Revolución

Diócesis de Orizaba exige mayor seguridad