Otra vez de nuevo el PRI está al borde de la inflación. Parece que es su manera de gobernar.
Cuatro millones, cuatrocientos cincuenta mil millones, más la morralla, y lo que ya pidió prestado porque el presupuesto no le alcanza, nos hace pensar en otra devaluación que aumentaría el número de pobres que dicen que ya son cincuenta y dos millones.
¿Cuántos llegarán a sumar si volviéramos a otra devaluación?
Lo peor es que está vigente lo que dijo el ex presidente Fox “Centroamérica comienza en Puebla”.
Tenemos a los profesores que no podemos sacar del DF.
Tenemos a los profesores del sur de Veracruz amontonados en el centro de la ciudad sin trabajar y todavía peleando su aguinaldo.
Tenemos a los profesores de Oaxaca que año con año, toman el centro de la ciudad de Oaxaca, por dos meses para reclamar lo que se les ocurra con tal de cobrar sin trabajar y nadie hace nada.
Tenemos problemas en Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Veracruz sur, Tabasco, Campeche, en donde no existen IMSS eficientes y sin medicinas, el seguro gratuito que presumió Calderón, aquí no tienen ni médicos, el recién creado matahambre no lo conocemos.
En cuanto a obras necesarias, Villahermosa se sigue inundando como siempre. El túnel de Coatzacoalcos ya lo pararon. El puente con su correspondiente caseta para cobrar que debería ser gratuito, es un freno para la circulación por la saturación del mismo.
O sea, el sureste no existe para el gobierno federal, no obstante que ahí se produce gran parte de la electricidad que se consume en el país.
Sin embargo, para regalar dinero no se miden, cada presidente inventa un programa. Peña Nieto ya inventó el suyo: combate al hambre.
No toman en cuenta nuestros gobernantes que regalar dinero no es la manera adecuada de gobernar, y tenemos los ejemplos en el título de este escrito.
Para información de los escasos lectores que se toman la molestia de leerme, les comento algunos de los apoyos inventados hasta ahora. Seguro son más, pero de los que me acuerdo son:
Oportunidades, Combate al hambre, Liconsa, Productos de Liconsa, Guarderías infantiles, Estancias infantiles, Transporte escolar, Útiles escolares, Becas escolares, Educación gratuita, Uniformes, Sesenta y cinco y más, Pensiones, Jubilaciones, Agua y electricidad (Trabajadores del sector eléctrico), (Seguro Social, Fonacot, Infonavit para los funcionarios y empleados del gobierno debía ser obligatorio), seguro de desempleo, madres solteras, subsidio al campo, (Procampo, agroquímicos, combustibles), 3 x 1, empleo temporal, tu casa, piso firme, vivienda rural, fomento a las artesanías, mujeres en el sector agrícola, primer empleo, etc. etc.
A lo anterior hay que agregar lo que cuesta manejar estos programas y los presupuestos para la promoción de los mismos, así como el costo de las estructuras, la inscripción entrega y supervisión de los recursos. Como no existe comunicación entre un programa y otro es probable que haya familias que los reciban todos.
Es lógico pensar, que todo esto sea consecuencia de estar preparando la siguiente sucesión del partido en el poder, pues ya sabemos que los funcionarios (casi todos), se eligen con nuestro dinero, roban mientras están gobernando, y se despiden vaciando el cajón.
Por otro lado existen problemas graves involucrados con la corrupción general, como el caso de Michoacán, donde abiertamente los ciudadanos de los pueblos se han tenido que armar para defenderse de la delincuencia, pues nadie hace nada por ellos.
El gobierno ha entregado medio estado a la delincuencia, desde hace mucho tiempo y se da el caso que hasta los mismos presidentes municipales están amenazados, y tienen que pagar su cuota a la delincuencia.
El único razonamiento a lo anterior es que las autoridades estatales y federales, sencillamente ignoran el problema porque no sabemos hasta qué nivel están involucrados en el negocio.
Señor Presidente: logró usted resolver un problema añejo en beneficio del país. Falta que veamos los resultados, que tendrán que ser buenos.
Ahora sólo falta que reduzca usted la corrupción, aunque sea un poquito nada más, ya será ganancia.
Yo creo si obligamos a todos los funcionarios a rendir cuentas de sus actos, y no sólo llenar un papel con mentiras, habremos logrado comenzar a combatir verdaderamente la corrupción, heredada por los españoles que nos conquistaron y que nosotros perfeccionamos como buenos mexicanos.
Es importante que alguno de los tres poderes de nuestro gobierno fije un límite de los sueldos de los funcionarios en todos los niveles y de los famosos “asesores”, que son una vergüenza nacional, pues se dan casos en que su mayoría son parientes o amigos de los funcionarios que hacen caravana con sombrero ajeno y robando al país con total impunidad.