Córdoba.- A pesar de ser una difícil tarea, aún en la ciudad se ven tanto librerías establecidas como ambulantes, que con tal de que su mercancía salga, la ofrecen a precios bajos, no obstante, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), ofrece una declaración dura: “menos de dos terceras partes de la población tiene libros”.
Desde el pasado viernes por la mañana José Gerardo de la Cruz Zalamihua, estableció su carpa con venta de libros en el parque Madero de esta ciudad, misma que estará a la disposición de los lectores durante 11 días más, en un horario de 9:00 horas hasta las 22:00 horas.
Los precios varían, pues los hay desde 30 y 40 pesos, hasta la oferta de 2 por 50 o 3 por 100, ya si el comprador desea adquirir libros de editoriales reconocidas o de los llamados best sellers, entonces tendrá que estar dispuesto a invertir desde los 220, 230, 250, 270 y hasta los 390 pesos.
“Hay clientes de todo tipo, los que compran los más económicos, por que no les alcanza para más y hasta los más exigentes que no les importa el precio sino el contenido, pero estos últimos son minoría”, declaró el vendedor.
Afirma que ciertamente el internet ha sido su competencia desleal, porque ahora se pueden leer y hasta escuchar audio libros a través de la red, pero asegura, no es el mismo efecto que tener un ejemplar en las manos, sentirlo, olerlo y “degustarlo” con calma.
El vendedor, reconoce que es la gente adulta la que mayormente adquiere estos ejemplares, y en mucho menor cantidad son los jóvenes quienes compran libros, siendo los más buscados por ellos, los de superación personal, relaciones humanas y hasta de sexualidad, mientras que los mayores compran novelas o de interés político e histórico.
En febrero de este año, el INEGI, a través del Módulo de Lectura dio a conocer que recabó información entre la población de 18 años en adelante, en 2 mil 336 viviendas asentadas en zonas urbanas, de 32 ciudades con 100 mil habitantes y más, resultando que poco menos de dos terceras partes de la población declaró tener libros diferentes a los de texto en casa; poco más de la mitad veía a sus padres leer, y casi a un tercio les leían sus padres o tutores.
“En cuanto a los estímulos escolares, cerca de tres cuartas partes de los entrevistados contestaron que sí exponían en el salón de clase la lectura (74.7 por ciento); poco más de la mitad era motivado por sus profesores para leer libros (56.4 por ciento); y el 47.0 por ciento, para asistir a bibliotecas”.
