Sandra G. Tehuintle
el buen tono
Orizaba.- Se desbordan familias orizabeñas al panteón Juan de la Luz Enríquez en el Día de Muertos para visitar a sus familiares que murieron tiempo atrás, y otros tras un difícil proceso de tristeza generado por la pandemia del Covid-19, muchos no se pudieron despedir adecuadamente por las estrictas medidas de seguridad, por lo que solo pueden llorar en una tumba.
En el marco del 1 de noviembre, fecha en la que por tradición mexicana se esperan a los niños bautizados de 12 años, mientras que la iglesia católica el Día de Todos los Santos, fueron muchas las personas que acudieron al recinto, unos llevaron mariachis, otros les cantaron y rezaron a sus difuntos que reposan el sueño eterno.
Doña Gloria, mencionó que para su familia fue muy duro enfrentar la muerte de tres de sus familiares al principio de la alerta sanitaria, pues nadie estaba vacunado en ese entonces, por lo que solo podían llegar hasta afuera de los hospitales para llevar medicamento o suéteres, cobijas o loque les solicitaron, pero no les pudo decir adiós a tres de sus parientes, entre ellos su marido, dijo que solo les entregaron el cuerpo y les pidieron que no abrieran el ataúd.
Don Gabriel, acompañado de sus nietos, hijos, hermanos y sus sobrinos y esposa, mencionó que afortunadamente solo perdió a su prima en la pandemia y aunque no se enfermaron todos, lograron salir adelante, por lo que este día también acudió a visitar a su mamá, papá y abuelitos que reposan en este lugar desde hace mucho
tiempo.
Es importante mencionar que, el lugar tiene una superficie de 20 hectáreas con 40 mil 511 lugares y de esos están disponibles un promedio de 8 mil, además de que en los registros oficiales son cerca de 44 personas que destacaron en la historia por su trayectoria en la educación, las leyes, la poesía, obras literarias, entre otros, entre las que más destaca está la del general Ignacio de la
Llave y Segura.
