OAXACA.- El gobierno de Enrique Peña Nieto no respeta a nadie ni tiene piedad de los migrantes, por eso “lo único que nosotros podemos hacer es encomendarnos a la voluntad de Dios”, señaló el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, al encabezar el “Viacrucis Fronteras Aliadas”, que salió del albergue “Hermanos en el Camino” localizado en Ixtepec.
Luego de seis días de permanecer varada en ese lugar, la caravana partió rumbo a Juchitán, pero tuvo que hacer un alto obligado en El Espinal, porque el Instituto Nacional de Migración (UNM) y la Policía Federal (PF) movieron su operativo a esa comunidad del Istmo de Tehuantepec para interceptar a los migrantes y deportarlos.
En ese operativo participan 18 patrullas de la PF y nueve unidades del INM que “nos están esperando, por eso preferimos esperar en la iglesia de El Espinal, comer algo y decidir la estrategia a seguir”, apuntó.
Este Gobierno “torpe y represor no respetó las medidas cautelares que emitió la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, ni el acompañamiento de Amnistía Internacional y Brigadas de Paz Internacional. Les valió todo”, agregó.
Y preguntó: ¿Qué podemos esperar si este Gobierno no le hace caso al Papa y si la ONU (Organización de las Naciones Unidas) es regañada y desautorizada o castigada? ¿Qué esperamos nosotros, más que la voluntad de Dios?”.
Insistió en que el despliegue policial es una torpeza, lo mismo que las amenazas contra los transportistas a quienes acusaron de polleros para que desistieran de llevar a los migrantes a la ciudad de México. “Y su cobardía va más allá al enviarnos tantos policías armados como si fuéramos delincuentes o terroristas”, dijo.