Adriana Estrada
el buen tono
ORIZABA.- “En medio de tantas sombras que envuelven nuestra vida y de tantos halagos e ideologías que adormecen, en esta Navidad se debe dejar que la gloria de Dios envuelva con su luz”, dijo como parte del mensaje de Navidad el Obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes.
Invitó a los ciudadanos a no quedarse con una Navidad de exterior y superficial, sino con aquella que fortalece la fe, esperanza y la caridad.
La Navidad es una noche para celebrar con gozo y alegría, donde el cielo se encuentra con la tierra, en donde se recibe al Dios que se hace ser humano, y se recibe la ternura del niño Jesús.
El Prelado dijo que con esa alegría y gozo trae el nacimiento de Jesucristo, se celebre la alegría profunda que viene de Dios, y que su palabra se haga vida, por lo que pidió a todos que esta Navidad hagan de su vida el pesebre donde nació Jesucristo.
“Esa gloria que esclarece el camino de nuestra vida, nos llene de paz profunda y alegría plena, para construir un mundo más humano, fraterno, justo y en paz”.
El Obispo ofició la Solemne Eucaristía de Nochebuena en la Catedral de San Miguel Arcángel, concelebrada por el párroco Demetrio Landa González; y los sacerdotes vicarios, Marcos Rolando Hernández Vega y Mario Lucio Merino; los padrinos del Niño Dios: una pareja de jóvenes, donde varias familias católicas participaron y agradecieron a Dios por su amor manifestado en Jesucristo nacido en el pesebre, en Belén.
Reiteró la invitación a los fieles católicos a que hagan caso del llamado a construir pesebres en la familia, en el centro de trabajo, en la comunidad parroquial, en el barrio y, a encontrar a Jesús en el pobre, en el migrante, en el enfermo, a hacer en el corazón un pesebre donde se pueda acurrucar Jesús.