AGENCIA
Sicilia.- El lujoso yate Bayesian, de 56 metros de eslora, se hundió trágicamente el pasado lunes 14 de agosto frente a las costas de Sicilia, dejando un saldo de siete personas fallecidas. Entre las víctimas se encuentran el magnate tecnológico británico Mike Lynch y su hija Hannah, de tan solo 18 años.
El yate, propiedad de la familia Lynch, naufragó cerca de la localidad de Porticello, a unos kilómetros de Palermo. A pesar de las difíciles condiciones meteorológicas, 15 personas lograron sobrevivir, incluida la esposa de Lynch, quien también se encontraba a bordo en el momento del accidente. Sin embargo, la tragedia ha generado interrogantes sobre posibles errores graves que podrían haber evitado el desastre.
El jefe de la fiscalía de Termini Imerese, Ambrogio Cartosio, ha anunciado la apertura de una investigación por homicidio involuntario y negligencia en el naufragio del yate Bayesian. Aunque las condiciones meteorológicas eran extremas, Cartosio señaló que se está evaluando si las acciones de la tripulación y otros responsables del yate fueron apropiadas o si, por el contrario, se tomaron decisiones que llevaron a la tragedia.
El yate, construido por el renombrado fabricante italiano Perini, estaba diseñado para soportar condiciones adversas en el mar, lo que ha generado dudas entre los expertos sobre cómo un barco de tales características pudo hundirse tan rápidamente. Giovanni Costantino, director general de The Italian Sea Group, propietaria de Perini, declaró a Reuters que el naufragio fue consecuencia de una serie de “errores indescriptibles e irrazonables” cometidos por la tripulación, afirmando que no existía ninguna falla en el diseño o la construcción del yate que pudiera explicar el hundimiento.
A pesar de la devastación, las rápidas acciones de la guardia costera y los equipos de rescate locales lograron salvar la vida de 15 personas. El capitán del yate, James Cutfield, ha sido uno de los supervivientes interrogados por las autoridades, aunque hasta el momento, ni él ni otros miembros de la tripulación han ofrecido comentarios públicos sobre lo sucedido esa fatídica mañana.
Con el yate Bayesian descansando a 50 metros de profundidad, la investigación apenas comienza. Las autoridades italianas están trabajando para determinar si hubo negligencia en el manejo del barco y si las muertes pudieron haberse evitado.
Mientras tanto, las familias de las víctimas enfrentan un doloroso proceso de duelo y buscan respuestas sobre lo que realmente ocurrió en las aguas de Sicilia aquella mañana. El naufragio del Bayesian no solo ha dejado una huella imborrable en quienes lo vivieron de cerca, sino que también ha puesto en evidencia la importancia de la responsabilidad y la preparación en el mar.
