Desde sus inicios, Gerardo Buganza Salmerón, actual Secretario de Infraestructura y Obra Pública, mostraba sus dotes de ser la mano ejecutora para lograr fines. Quizá por eso sea hoy el más ferviente priísta en el gabinete de Javier Duarte de Ochoa. En sus comienzos en 1994, como Síndico del Ayuntamiento de Córdoba, Buganza se propuso ascender en el partido que lo vio nacer, el PAN, y de éste, obtuvo beneficios como la diputación federal plurinominal, la senaduría por el efecto Vicente Fox y la candidatura a la Gubernatura de Veracruz, la cual pierde por un punto frente a Fidel Herrera Beltrán… Derrota que en un principio, parecía no haberla superado, pues continuamente culpaba al propio ex presidente de México, de realizar una negociación en lo “oscurito” para imponer al oriundo de Nopaltepec y otorgarle el cuestionado triunfo al PRI.
Y tiempo después, nos dimos cuenta que Buganza Salmerón sí superó la derrota a la Gubernatura… Ante un planeado escenario, mostrando la farsa de traición, acuerdos clientelares y autocompadecimiento, Gerardo Buganza dio su verdadera cara, negociando muy bien su derrota para convertirse en el principal proveedor del Gobierno estatal y realizar una alianza política con Fidel Herrera Beltrán; la misma, actualmente sigue vigente.
Y esa alianza malsana se cristalizó con la propuesta de ser el “Caballo de Troya” en el PAN Nacional, y buscar a toda costa ser nuevamente el candidato a la Gubernatura de Veracruz, apoyado por el propio Fidel Herrera… Algo que no pudo fraguarse, pues Miguel Ángel Yunes Linares ya se había adelantado y le ganó en las internas. Así, los consejeros nacionales panistas eligieron al ex director del ISSSTE, como nuevo candidato a la Gubernatura de Veracruz, bajo la venia del propio presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa.
Buganza Salmerón no soportó la derrota en las internas y renunció a Acción Nacional en marzo del 2010, anunciando abiertamente el apoyo incondicional a la campaña de Javier Duarte de Ochoa. Ante tal obediencia y “lealtad”, el ex panista apoyó a Duarte en eventos multitudinarios, y muchos sabían que esto sería bien recompensado… Y el tiempo nos dio la razón, pues Buganza tomó protesta como nuevo Secretario de Gobierno en la nueva administración del empleado de los veracruzanos, Javier Duarte de Ochoa.
Encomendándose a su Dios y a la creencia católica disfrazada, Buganza emprendió una cacería interna entre sus colegas funcionarios, logrando imponer sus ideas, con base en intrigas, chismes, difamaciones y hasta acusaciones mutuas, propiciando un ambiente tenso en la administración de Javier Duarte. Se conformaron grupos para golpearse unos con otros, ante la mirada del propio Gobernador de Veracruz. Y todo esto afectó severamente la imagen de la administración sexenal, hasta llegar a un punto en que el propio Duarte tuvo que buscarle una salida “digna” a Buganza para poder deshacerse de él. Y así lo hizo…
Enviando la Iniciativa de Ley al Congreso, desaparecía la Secretaría de Comunicaciones y se creaba la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública para cumplirle el capricho al buen “Buggy”, pues el cordobés se quejaba constantemente con Fidel Herrera, que Duarte no le cumplía; que Duarte no lo quería; que Duarte lo aislaba; que Duarte no le daba más poder y que Duarte lo excluía…. Las quejas fueron tantas que por eso, era necesaria su salida, pues su inexperiencia política como Secretario de Gobierno y pedir todos los días soluciones gubernamentales a sus creencias religiosas y a su Dios hundían cada vez más la gobernabilidad del estado.
Lo malo es que, en su enfermizo protagonismo, Buganza continuó con su gusto por los reflectores… Ya habilitado como titular de la SIOP, emprendió una cacería de brujas en el interior de la desaparecida Secretaría de Comunicaciones, y también en contra de constructores, a quienes llamó “incumplidos empresarios”, cuando quien había fallado en el convenio de prestaciones de servicios, era el propio Gobierno Estatal… Gerardo Buganza, indebidamente, hizo efectivas las fianzas y evitó pagarles a los constructores afectados para salir frente a los medios de comunicación durante su comparecencia ante el Congreso Local, informando con bombo y platillo sobre las acciones emprendidas en contra de SECOM y prometiendo dar la lista de constructoras incumplidas… Todo esto fue una farsa, pues tiempo después, se supo que algunas empresas constructoras se quejaron con Javier Duarte de Ochoa del protagonismo desmedido de su funcionario estatal. Esto provocó dar marcha atrás en los proyectos enfermizos de Buganza y salir ante los medios para asegurar que las denuncias se interpondrían, sin especificar cuándo, cuáles, contra quiénes y de cuánto serían… Hasta hoy, el buen “Buggy” no ha dado datos sustentables de sus supuestas acciones legales.
Y para buscar culpables de sus atrevimientos viscerales, Buganza filtró ante los medios de comunicación sus investigaciones internas sobre un presunto desvío de recursos, quebranto patrimonial y designaciones directas a dudosas constructoras, bajo la administración del ex secretario de Comunicaciones, y hoy diputado local, Raúl Zarrabal Ferat, a quien le realizan una auditoría por petición del propio Buganza, quien argumenta orgulloso que él “tiene las manos limpias y recuperará los recursos de los veracruzanos”.
Por su parte, Zarrabal Ferat asegura estar tranquilo en la auditoría realizada durante su gestión al frente de SECOM, y nos preguntamos si en verdad ésta será por cuidar los recursos de los veracruzanos, o simplemente sea una venganza personal, por los videos grabados durante reuniones secretas del PRI, que motivaron el escándalo nacional del “Sedesolgate”.
Por lo pronto, Buganza insiste en sus protagonismos y pide comparecer ante los diputados locales para informar sobre el malogrado túnel sumergido, sus demoras y graves anomalías en la construcción de ésta obra en Coatzacoalcos, la cual no tiene fin… Quizá también busca culpables de ésta monumental obra detenida por mala planeación y cotización realizadas en administraciones anteriores.
Y su músculo político y redes políticas han crecido, imponiendo a sus incondicionales en lugares estratégicos como diputaciones locales, alcaldías, regidurías y síndicaturas, además de dependencias como Inverbio, Maquinaria de Veracruz, Secretaría de Promoción y Desarrollo Empresarial de la SEDECOP, FONDEM, entre otras, en las que Buganza mueve sus hilos políticos e instala amigos para tener mayor fuerza en la administración duartista, pues el “padrinazgo” con Fidel Herrera se va debilitando. Y no olvidemos la arrogancia de este servidor público en la SIOP, al nombrar a su esposa como proveedora estrella del Gobierno Estatal y era ella quien facturaba de todo, con buenos dividendos. Por su parte, su hijo fue compensado con una plaza de tiempo completo en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Veracruzana, cuando es egresado en el Tecnológico de Monterrey. Y así, la larga lista de familiares incrustados en el Gobierno Estatal es interminable.
No entendemos cómo un hombre que traiciona sus convicciones, a su partido, a sus amigos y principalmente, a su creencia y fe, siga manteniéndose en un importante puesto político, y lo único que hace es dar problemas al propio Javier Duarte de Ochoa. Ya lo decía don Fernando Gutiérrez Barrios: “Quien traiciona una vez, traiciona siempre”, y eso, Duarte lo debería tomar muy en cuenta.
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