Orizaba.- Los periodos de vacaciones representan una ocasión precisa para que los menores refuercen sus malos hábitos alimenticios y por ende tiendan a subir de peso, manifestó la coordinadora de Nutrición de la Clínica DIF para la Mujer, Darci Maciel Limongi.
Explicó que en esas fechas se dispara el consumo de comida escasa de nutrientes, por lo que los padres de familia deben utilizar estrategias para prevenir problemas de salud.
Recomendó que un niño en la etapa del desarrollo deber tener una dieta balanceada, con alto grado de energéticos, cereales y leguminosas, porque es esta la edad en que el sistema defensivo comienza a hacerse resistente.
“La alimentación de la población infantil y juvenil debe ser completa, que integre proteínas, minerales, verduras, hierro y calcio porque es la etapa del desarrollo aunado a una base específica de acuerdo con su edad de un plan físico”, remarcó.
Sin embargo, reconoció también que las vacaciones, desafortunadamente más que aprovecharlas para realizar ejercicio que difícilmente se puede realizar durante el período de clases, se toman como un tiempo de sedentarismo.
“De acuerdo con estudios clínicos se comprobó que en este tiempo, los niños pueden aumentar de dos a tres kilos por el consumo de productos chatarra y pasar mucho tiempo con videojuegos”, dijo.
Añadió que un período de receso más que significar descansar plenamente de las actividades, se debe basar en utilizar otras que refuerce al organismo humano con una dieta balanceada y actividad física.
Carlos guevara
El Buen Tono