Por: ALELUYA MORENO LORENCES OROPESA / columnista
Con una abrumante campaña mediática contratada del 24 de agosto al 6 de septiembre, Enrique Peña Nieto (EPN) perorata digestos del 5o Informe sobre resultados de su Administración Pública en economía, medio ambiente, turismo, vivienda, educación e infraestructura festinando logros personales de mexicanos exitosos gracias a las 11 reformas constitucionales de 2012, como preámbulo y coronación de su entrega oficial al Congreso de la Unión. Además, tira líneas sobre la política electoral y económica del próximo año que desea permanezca para cuando pase a retiro, sin importar que según Mitofsky en febrero de este año su índice de credibilidad y aprobación es apenas del 22% y eso gracias a la opinión de ancianos y habitantes de comunidades rurales con nula o poca escolaridad y, de que sólo 26.7% apoya sus políticas educativas (El Economista, 31 de agosto de 2017).
En videos producidos con criterios de telenovela, participa gente del pueblo pulcramente seleccionada para dejar lucir al Mandatario mediante diálogos cerrados, cómodos, con referencias a resultados parciales de las actividades mostradas sin amenaza de algún espontáneo cuestionador. Completan el mosaico del vanaglorioso auto-consuelo imágenes de felicidad, satisfacción y admiración de quienes rodean al actor principal del caro memorial.
Mensajes subliminales no pasan desapercibidos en guiones elaborados por expertos comunicólogos, como son: armonías de colores del escenario y vestidos casuales, a veces combinando con ropas empresariales y oficiales de quienes representan prototipos sociales aceptables: mujeres, jóvenes, hombres de negocios, militares. Con posturas y miradas de respeto al Mandatario, distinguiéndolo como centro de sus miradas, actores siempre en planos secundarios parlan sobre pasajes de la vida nacional de un País de caramelo light, pulcro, triunfante, sobrio, irreal. Al menos para la mayoría de ciudadanos.
Al margen del concierto de palmaditas autocomplacientes, los mensajes dirigidos a dos públicos en teatros distantes, tienen dos finalidades opuestas: el control ideológico de las masas mediante los dosificados videos y ensalzar los beneficios legales para la multiplicación del privilegiado capital sin limitantes, explicados a detalle en el libro y versión digital del Quinto Informe, dirigido a la minoría privilegiada.
LO BUENO CUENTA Y QUEREMOS QUE SIGA CONTANDO
Aunque por momentos se ve cansado y ojeroso, sobre todo por la modulada voz, el pelo negro sin canas, Peña Nieto destila verbo fluido, fuerza y vigencia al inicio de su último año de Gobierno: la megalomanía exaltadora de logros e ignorante de errores es típicas de autoridades egocéntricas.
Ideológicamente, el Gobierno saliente insiste en hacernos creer que las reformas son favorables al desarrollo democrático exitoso de la gente en la medida que asuma su papel sin chistar dentro de las políticas neoliberales; participando nomás para agradecer tanta buenaventura durante cinco años de triunfante Administración. Por los términos empleados, repite el argumento clásico del lenguaje individualista demagógico empleado por su gabinete: lo bueno empieza en su sexenio gracias a las reformas constitucionales de 2012; ideadas e impulsadas sólo por Él. Transmite la idea de que el Gobierno manda de acuerdo a la voluntad del preciso, cuando pasa lo contrario: el régimen en turno sólo es la máscara pública del Estado Global. Ése que, al cabo de 40 años logró imponer en nuestro territorio las bases legales del modelo socio-económico neoliberal. Realmente a ellos se dirigen los videos, asegurándoles la continuidad transexenal de los pactos maquinados en medio de un principio del poder: si bien el personaje se ha desgastado para las mayorías timadas, es un héroe facilitador de las ganancias de la minoría privilegiada.
TRAS DE LA VERSIÓN ROSA, LOS NÚMEROS EN ROJO
Lo que no se cuenta, pero que también cuenta tras de ligerezas mediáticas es sobre la grave crisis socio-económica, política y cultural de la realidad nacional, que ha impactado a la baja las de por sí miserables condiciones de vida, trabajo, recreación, seguridad, cultura y expectativas futuras de la mayoría de los mexicanos.
Un sólo dato negativo manda al fondo del socavón de la perversidad política las cuentas alegres del mandatario saliente: 54 millones de mexicanos son pobres e indigentes (CEPAL). Pero si consideramos que, en Alemania, quien gane 21 mil pesos mensuales es clasificado como indigente, la cifra sube a 78 millones de compatriotas miserables.
Lo malísimo de lo malo que tampoco se cuenta, es que no hay para cuando salir de la miseria durante lo que resta del sexenio, ni a futuro, mientras el Estado y el sistema sigan haciendo lo bueno que saben hacer: benefactor de pocos, cadalso y fosa de las mayorías subordinadas, sometidas, explotadas, resultado de la lucha de clases que no se cuenta, pero se vive en todo instante, incluidos los videos en comento.
Con los índices de criminalidad al alza causadas por la guerra sin cuartel entre cárteles por el dominio de las plazas; por el aumento de crímenes, secuestros y robos originados en la necesidad de gente desempleada, hambrienta sin ninguna posibilidad de ingresar legalmente dinero; con la destrucción de la planta nacional integrada por Pymes y medianos centros de trabajo; con la sistemática salida de capitales por el retiro de acciones y el pago de intereses del servicio de la deuda; por la participación, olvido y omisión de sus grupos de tareas involucrados directa e indirectamente en la desaparición de 43 estudiantes normalistas, el asesinato de jóvenes en Tlatlaya, con la penalización de la disidencia de maestros agrupados en la CNTE para imponer la reforma educativa, con Casa Blanca en el olvido, el Quinto Informe no se dirige a la mayoría de la población mexicana, reacia a seguir escuchando cuentos sobre las buenas cuentas a favor del capital y negadas
al pueblo.
TE DIGO PEPE, PARA QUE ANDRÉS ENTIENDAS
Los destinatarios del Quinto Informe son ellos mismos, quienes gozando de las mieles del poder gubernamental desean seguir haciéndolo a sabiendas de que, prácticamente, con una clase política, parlamentaria y partidaria subordinada excelentemente financiada, al Estado no le importa quién de la caballada gane, así sea el más flaco rocín opositor inflado. Eso sí, autorizado por el INE. Así, cuando se anuncia la buena nueva de la creación como nunca de más de tres millones de empleos, tal parece que sólo nos queda aplaudir y gemir el clásico cuasi olvidado sonsonete: “gracias Señor Presidente”; disponiéndonos a ejecutar alegremente la línea oculta en el deseo presidencial de querer que todo siga igual, pero con una gran variante: otorgándole la legitimidad negada a los actuales gobernantes, así como al próximo proceso electoral, tanto como a quien resulte ganador en la contienda, más, si es capaz de inducir el voto entre millones de abstencionistas.
De manera deliciosa, encantadora, pero directa, los mensajes presidenciales y el Informe dictan tácticas a la gobernanza y sus operadores: mediante actividades sociales de todo tipo hagan política democrática de contacto cercano y moderno con la gente, antes, durante y después de las campañas electorales, pues dinero hay a raudales para concretar la reforma electoral impuesta. Quien más tiene, pega primero
y mejor.
Como resulta imposible que los partidos actuales superen el rechazo de la mayoría del padrón electoral, dada su limitada capacidad de convocatoria al 30%, basta con que el próximo ungido tenga el carisma y la capacidad de concertación interpartidista y apertura a integrar gobiernos de coalición con un Congreso afín a las decisiones estratégicas del modelo neoliberal: mercenarios electoreros, capten: quien insista en posesionarse de su regionalizado partidito, quedará fuera de la jugada.
Para todas las franquicias partidistas los retos están puestos sobre la mesa: ganará quien demuestre efectiva influencia y control de masas dándole certeza a inversiones de capital, con garantía de blindaje del ciclo financiero de mínima inversión para lograr máximas ganancias.
México transformado en un supermercado subordinado a las implacables leyes de la oferta y la demanda imperialista es el resultado de medio Siglo –de 1968 a 2018- de lentos, a veces aletargados, programas del Estado profundo para destruir vestigios del vetusto estado nacional, añorado por quienes –al estilo Trump- desearían dar marcha atrás a la aplanadora del sistema internacional capitalista encerrándose entre muros, al modo de la rancia sociedad medioeval; lanzando contra el mundo cruzadas militares punitivas exaltadas para imponer sus términos.
Sólo que, al capital financiero internacional no le interesan muros limitadores de su tendencia expansiva incontenible por la vía del control económico hegemónico, que, además, le ahorra el costo de las guerras y la impuesta de dictadores militares, a la postre caros e inútiles para los fines propuestos. A pesar y a reserva de los acomodos políticos del affaire Donald Trump, el programa nacional de desarrollo trazado para México seguirá su curso: mercado sin restricciones para desplazar en todo momento inversiones y ganancias; mano de obra barata, cautiva, controlada. Educación Básica, Media Superior y Superior, técnica operativa, con capacidades diestras de profesionistas y profesionales para ocupar puestos técnicos de alta movilidad en la cadena extractiva, manufacturera, de transportes y realización mercantil. Sin visos de opositores radicales de ultraderecha, anarquistas, ni revolucionarios, con sistemas de seguridad policial y militar de mando unificado, experimentados en apagar revueltas. Quien lo entienda y para ello apreste sus mejores habilidades manipulando y manejando masas, incluyendo a los amigos colocados en partidos opuestos, tiene su lugar asegurado entre la cohorte de administradores gubernamentales, congresistas y asesores. La táctica del control de masas será conducida por quienes sean capaces de contener a los trabajadores para seguir generando riqueza concentrada en pocas manos, mientras ellos se conforman con salarios de miseria.
COMO NUNCA, HEMOS CREADO MÁS DE 3 MILLONES DE EMPLEOS
Cierto, pero mal pagados. Peña Nieto presume de tres millones de empleo creados durante lo que va de su Administración, cuando la verdad es que muchos ya existían y solamente fueron regularizados por el Régimen Fiscal reformado, inclusive incorporando a gran parte del comercio informal, a quienes trabajan por hora y a los que tienen dos o más chambas para completar su gasto. La mayoría de trabajadores en México difícilmente gana más de tres salarios mínimos, mientras la masa de medianas y pequeñas empresas son incapaces de entonarse con los índices de producción y explotación, penetración y control de mercado de los gigantes monopolios.
Con baja productividad, la planta productiva nacional es obsoleta, con índices de producción y porcentaje de ganancias cada vez menores se encuentra en estado permanente de quiebra técnica no aceptada. Por lo contrario, a los consorcios y fondos de inversión el conjunto de las reformas les garantiza mano de obra dócil y barata. El capital está de plácemes porque durante los 5 años de Gobierno de Peña Nieto se impusieron reformas constitucionales favorecedoras de la explotación y sometimiento del trabajo en todos los ámbitos laborales y profesionales, rompiendo contrataciones colectivas históricas y privilegiando el apoltronamiento de outsourcing o contratas terciadas quitándole a los empresarios la carga de pasivos laborales.
EPN NO CUENTA LAS MEZQUINAS CONDICIONES DE CONTRATOS
Entre un 49% y un 82% de los empleados no disponen de prestaciones: guardería, contrato, apoyo para la vivienda, servicio médico, aguinaldo, fondo de ahorro para el retiro (con datos de Paramétrica, 2012, en línea).
Con respecto al salario, en 2016: 8 millones de personas ganaron un salario mínimo; 4.5 millones de trabajadores ingresaron entre uno y dos salarios mínimos. Dos salarios devengaron 21 millones 700 mil mexicanos. Nueve millones de empleados obtuvieron más de cinco salarios mínimos. A su precio actual de $80.40 pesos por jornada de ocho horas ($482.40 a la semana; $1,940 por mes) $23,380.00 pesos al año ingresan quienes ganan un salario mínimo y, $116,900.00, los que cobran 5 salarios mínimos.
El salario mínimo en los EU frisa entre 7.9 y 11 dólares por hora. Convertidos a pesos mexicanos (con equivalencia del 31 de agosto, 2017) suman entre $143 y $199.21 pesos.
Si el salario mínimo en México es de $80.04 pesos en jornadas de 8 horas de trabajo diarias, el trabajador mexicano gana 10 pesos por hora: ¡55.25% de un dólar!, mientras el trabajador americano gana por hora, entre 130/180 pesos mexicanos. En Europa, 33.2 millones de trabajadores mexicanos más sus familias, clasifican como pobres, aunque viajen por allí en tours de quinta.
El Quinto Informe de Peña Nieto reitera la rúbrica reformista neoliberal de 2012, pues tras de las reformas constitucionales esclaviza los miserables salarios mexicanos como atractivo principal para la inversión de capital, con tasas de ganancia super extraordinarias complementadas con términos fiscales generosos, pagos puntuales de parciales de la deuda externa, sin problemas para la fuga/exportación de capitales y más contrata de deuda, con rendimientos accionistas garantizados.
CON RAZÓN SE CREAN COMO NUNCA EMPLEOS EN MÉXICO
Esta es la garantía estructural principal trazada por el Estado Global para México, a la cual se subordinan el Plan Nacional de Desarrollo y los programas sexenales de gobiernos estatales y municipales de paso.
Desde los indicadores macroeconómicos mexicanos, el Quinto Informe de Gobierno 2012-2018 en su faceta dirigida al capital internacional, refrenda resultados favorables: la banca internacional gana en México lo que en ningún otro lugar del planeta. Por lo que el capital industrial y comercial monopolista dispone de márgenes de lucro con excesos vastos para pagar sueldos extraordinarios a sus empleados de primera línea, servicios de seguridad en sus instalaciones y cochupos para asegurar compras de Estado, a lo Odebrecht: a cambio la gestión de contratos asegurados por 5 mil millones de dólares, Emilio Lozoya Austin & CIA, recibió y distribuyó 10 millones de dólares entre quienes ahora le cobijan.
Estas son las malas cuentas ocultas a las masas. En su versión contraria son las buenas cuentas informadas al capital por su excelente Presidente, desgastado como Mandatario, pero no como sirviente capacitado. En algunas sedes del imperio dentro de pocos meses ha de recibir congratulaciones, medallas, certificados, reconocimientos por sus excelentes servicios a favor de la tremenda causa, más el ofrecimiento de una nueva chamba a cambio de muchísimo más de 5 salarios mínimos.