México.- En noviembre de 2013, un mes antes de cumplir su primer año al frente del Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera decidió darle un toque personal a sus oficinas del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
Con una inversión de casi 3 millones de pesos, ordenó remodelar y redecorar su espacio de trabajo y el de sus principales colaboradores. Para ello, se adquirieron mesas de pino nuevas, se tapizaron sillones, se colocaron pisos de duela, se ampliaron pasillos, se cambió iluminación, instalaciones eléctricas, cableado telefónico y red de cómputo, se colocaron lambrines (muros falsos de madera) en baños e instalaciones hidrosanitarias, y se realizaron trabajos de pintura y de mantenimiento general en todas las áreas.
Según información de la Oficialía Mayor (OM) del Gobierno del Distrito Federal obtenida a través del sistema de transparencia, dichos trabajos se realizaron del 16 de noviembre al 31 de diciembre de 2013, con la siguiente justificación:
“La operatividad de la presente administración se vio rebasada al encontrar que durante las administraciones pasadas se fueron adaptando espacios para oficinas improvisadas a base de muros falsos de tablaroca, con sus respectivas instalaciones para satisfacer las necesidades que en ese tiempo imperaban, motivo por el cual se retiraron dichas áreas, así como sustitución de plafones de tablaroca y metal desplegado que mostraban desperfectos, siendo necesaria la sustitución o renovación según el caso”.
De acuerdo con la dependencia, la necesidad de esos trabajos fue “dotar de mayor funcionalidad a las áreas administrativas” y tener un “mejor aprovechamiento de los espacios”. Incluso, destaca que las modificaciones permitieron “una mejor circulación del personal, coadyuvando de esta manera en el cumplimiento de las disposiciones en materia de protección civil dentro de las edificaciones”.
Pequeño lujo, pero…
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