En el Senado de la República hay dos consultorios médicos. Uno está ubicado en el seno mismo de la sede de la Cámara alta. Tiene equipos y tecnología de primer mundo. Es al que va la mayoría de los legisladores. Lo dirige el doctor Juan Francisco Omaña Villa, titular de servicios médicos de la Cámara alta.
Otro está justo al lado. En la calle de Madrid. Es para los empleados del órgano legislativo, pero algunos senadores prefieren ir allí por la confianza que le tienen a Alma Rosa Luna Martínez, la doctora que allí atiende.
Las carencias en Madrid son evidentes. Los equipos, obsoletos. No hay ni tiras reactivas para medir el azúcar a los diabéticos.
El aparato para la Ecografía Doppler —sirve para revisar venas y arterias— no funciona correctamente. Es viejísimo. Congela las imágenes. Imposible un diagnóstico certero. Peor aún. Sólo hay una enfermera para las 450 consultas mensuales que allí se dan. A veces ninguna, porque la llaman al edificio principal.
Y aun así, los responsables del manejo de los dineros no le meten ni un centavo.
• El tema no tiene que ver con la falta de recursos —sobran para consultores, asesores y aviadores—, sino con un castigo a la doctora Luna, quien hace ya tiempo le hizo saber a Rodolfo Noble San Román, secretario general de Servicios Administrativos, sobre irregularidades que se cometían en el área médica de la Cámara.
Ese fue su gran error.
A la doctora Luna la tienen totalmente bloqueada, a pesar de que varios senadores han tratado de ayudarla. Algunos de ellos han puesto al corriente del caso a su colega del PRI, Raúl Pozos, presidente de la Comisión de Administración.
Sabemos que el legislador por Campeche ya vio el tema con Noble. Abogó sin éxito por ella. “No me hables de la doctora Luna”, cortó el poderosísimo funcionario, apenas el viernes pasado.
Luna lleva años con esta situación. Trabaja denodadamente. Las limitaciones del consultorio de Madrid no le han impedido hacer buenos diagnósticos. Me consta. Fui uno de sus beneficiarios.
Está allí porque le encanta su trabajo, no por el escuálido salario que recibe. ¿Sabe cuánto gana después de tantos años de servicio? 22 mil pesos mensuales. Peor aún: hace tres años le querían quitar la mitad de sus ingresos, dizque para apoyar a un colega en dificultades.
Se negó rotundamente. Eso no lo perdona Noble.
El tema no es nuevo. La magia de Google nos llevó a una nota del columnista Mauricio Flores, en La Razón, titulada “Las mañas de Omaña”. Fue escrita en diciembre de 2011, cuando el presidente de la Mesa Directiva era el panista José González Morfín, quien hoy ocupa idéntico cargo, pero en la Cámara de Diputados.
Flores sostenía desde entonces que Noble y Omaña pedían irregularmente al personal médico 40% de su salario, y que el primero controlaba las licitaciones para el mantenimiento de la tan mal construida sede del Senado.
Hablaba también del presunto fraude por 26 millones de pesos por simular compra de equipo médico a la empresa Expocredit Corporation y afirmaba que el chivo expiatorio de todo este escándalo fue el doctor del Senado, Luis Castro Ramírez, quien fue a parar al bote.
Nada pasó con Noble y Omaña después del escándalo. Los dos siguen firmes en sus cargos y, como vemos en el caso de la doctora Luna, haciendo de las suyas, muy despreocupados.
¿Quién protege a Noble? ¿Cómo puede darse el lujo de ignorar las peticiones de los propios senadores? ¿Qué hay detrás? Son preguntas que están en el aire.
Ojalá alguien pueda responderlas.
• Hoy es el “debatito” entre los candidatos del PAN a la presidencia del partido. Gustavo Madero y Ernesto Cordero se verán las caras en Avenida Coyoacán, sede del CEN del PAN, durante menos de una hora, y su transmisión se hará únicamente por internet.
No conocemos las razones que llevaron a la Comisión de Elecciones a autorizar que la esgrima verbal entre los dos azules se transmita sólo en la página web del PAN. Es el único debate que habrá en el proceso interno.
Llovieron ofertas de los medios de comunicación. Todas rechazadas. No hubo el mínimo esfuerzo por buscar alternativas. Francisco Gárate es el presidente de la comisión. Madero fue quien lo propuso para el cargo.
Saque usted sus conclusiones.
• Se vienen cambios inminentes en el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa que, nos aseguran, ayudarán a cohesionar a sus integrantes y a atemperar el ambiente interno. Pero, además, se cocina una ley que reducirá a la mitad el tiempo para resolver litigios.
Por cierto, ayer compareció ante comisiones del Senado el panista Juan de Dios Castro, exprocurador de Derechos Humanos de la PGR, candidato a magistrado regional del citado tribunal.
• La descomposición en Tamaulipas ya es alarmante. La decisión del gobierno federal de hacer de Michoacán su prioridad descobijó a la entidad. Las fuerzas federales fueron desplazadas al estado que gobierna el comisionado Alfredo Castillo. ¿Resultado? La violencia que mató hace ya casi cuatro años al candidato del PRI a gobernador, Rodolfo Torre Cantú, está de regreso, de la mano de un incremento de los secuestros, el pago de derecho de piso y el regreso del terror.
Los malosos no conocen límites. La mañana de ayer intentaron levantar al senador del PAN, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, cuando se dirigía, sin su escolta, al aeropuerto de Reynosa, a bordo de una camioneta blindada que traía el logo del Senado.
Individuos armados con AK-47, que viajaban a bordo de vehículos sin placas, le ordenaron detenerse, según versión del legislador. Su chofer, quien tiene entrenamiento para casos de emergencia, maniobró rápidamente y evitó lo que parecía un “secuestro”.
No hubo disparos.
—¿Le ganó el miedo? ¿Se sintió amenazado?— preguntamos al panista.
—Ya no sabe uno ni dónde esconder el miedo. Te diría incluso que ya no hay tiempo para sentirlo— repuso.
—¿Y el gobernador Egidio Torre Cantú?
—Está completamente rebasado. No tiene la voluntad política de enfrentar el reto— remató.
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