Una experiencia que debería haber sido un acto cívico común y corriente se convirtió en un episodio doloroso para Alejandra Martínez, originaria de Torreón, Coahuila. Como funcionaria de casilla el 2 de junio, Alejandra sufrió una quemadura química de segundo grado debido a la tinta indeleble que se utiliza para marcar a los votantes.
A través de sus redes sociales, Alejandra compartió su experiencia, revelando que el líquido se derramó en su mano al abrir el envase, causándole una lesión que requirió tratamiento médico. Desafortunadamente, la búsqueda de información sobre los ingredientes de la tinta resultó infructuosa, dejándola en la oscuridad sobre cómo proceder con su tratamiento.
La situación tomó un giro aún más preocupante cuando Alejandra reveló que su lesión pudo haber requerido incluso una cirugía, y que la quemadura era más grave de lo que inicialmente se pensaba. Sin embargo, en un acto de transparencia y búsqueda de soluciones, Alejandra acudió a la junta distrital, donde se comprometieron a brindarle información sobre los componentes de la tinta, siendo el ácido acético uno de ellos.
En su relato, Alejandra enfatizó que no busca compensación económica, sino simplemente la información necesaria para continuar con su tratamiento médico. Su llamado a la transparencia y responsabilidad por parte de las autoridades electorales destaca la importancia de garantizar la seguridad y el bienestar de todos aquellos que participan en el proceso electoral. Seguiremos atentos a cualquier desarrollo en este caso.