AGENCIA
Nacional.- Durante los cinco años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, México ha enfrentado una escalofriante estadística: en promedio, se ha registrado el asesinato de un policía cada 24 horas. El año 2023 no ha sido la excepción y ha dejado un registro especialmente mortífero, afectando principalmente a las fuerzas policiales municipales.
Desde enero hasta los primeros días de diciembre, la organización Causa en Común ha documentado más de 400 asesinatos de uniformados. Este sombrío panorama refleja la creciente vulnerabilidad de los policías en un contexto de violencia desenfrenada, con el aumento de homicidios y el empoderamiento de grupos del crimen organizado.
Ser policía en la actualidad implica enfrentar riesgos significativos, ya que los criminales luchan por el control territorial y ven en el asesinato de policías un medio para enviar un mensaje de poder, según Samuel González, experto en temas de seguridad.
Guanajuato encabeza la lista de entidades con la mayor incidencia de policías asesinados, seguido de cerca por Guerrero, Michoacán, Zacatecas, Veracruz y Jalisco. Estas cifras revelan un preocupante escenario en el que los agentes de la ley enfrentan no solo la amenaza de la violencia criminal, sino también condiciones laborales precarias y, en algunos casos, abusos por parte de sus propios superiores.
La situación plantea un reto significativo para las autoridades mexicanas en la lucha contra la inseguridad y la protección de quienes están encargados de mantener el orden en el país. La persistencia de este fenómeno destaca la necesidad de implementar estrategias efectivas que fortalezcan la seguridad y bienestar de los agentes policiales.